03/03/2016 - 14:19hs
La problemática hídrica que afectó varios distritos bonaerenses por el desborde del Río V continúa sin resolverse, y lejos de ver una solución, en los campos de General Villegas que más rodeados por el agua están (Banderaló y Villa Sauce) temen por otro pico de crecida.
La Ruta Nacional 188, una de las más transitadas, continúa cortada a la altura del Meridiano. Allí, por un lado se confirmó la disminución del nivel del agua (45 centímetros), que dio calma a los lugareños, que por el momento sólo ven llegar el material que se usará para arrancar una obra de alteo que, como dice el refrán, podría poner fin a una promesa política tan larga como esperanza de pobre.
Los habitantes de Banderaló necesitan de una protección, un trabajo serio de defensa, para que no vuelva a suceder el caos que se genera con abundantes aguaceros como el de los últimos meses. “Los productores agropecuarios ya tienen su cosecha totalmente perdida desde hace mucho tiempo, y algunos entregaron sus campos para salvar el casco urbano de Banderaló”, reflexionó el periodista local Rubén Piacenza, de FM Weekend. En otras palabras, atajaron la masa de agua para que no se metiera en las calles del pueblo.
¿Otra crecida...? ¿Y las obras?
Como ya se dijo, “el agua bajó bastante, pero se está esperando otro pico de crecida, aunque no sería de la misma magnitud de las anteriores”. Al presente, tanto Banderaló como Cañada Seca son los pueblos donde más cercana está el agua del casco urbano.
La llave de la salida que satisfaga a todas las ciudades involucradas pasa por lograr la regulación de las aguas, como prometieron los políticos (por acuerdo firmado entre los gobernadores) y como se determinó en la orden judicial.
Desde aquella firma con que se aprobó el presupuesto para la construcción de un muro de contención (que unirá la Ruta 188 con el camino que delimita Villegas con la provincia de Córdoba), al menos se iniciaron las mediciones. Aún se aguarda la llegada de nuevos tubos para ser colocados en ambos trayectos (RN 188 y Camino del Meridiano) y destapar los tubos ya existentes. Después de esto, se podrá habilitar lo que aún está cortado.
Hace 37 años que el río viene a estos lares ejerciendo presión y preocupando a tanta gente. Según el testimonio de los que sufren con cada crecida, “es un error contenerla y encajonarla, porque por un lado va a reventar. Así pasó siempre”.
El lunes pasado, fue presentado el nuevo delegado banderolense Jorge Mauriño tras la renuncia de Héctor Depetris, por problemas coronarios de arrastre.