Conexiones con el Boudougate

Política

14/11/2014 - 06:11hs

Producto del acuerdo del kirchnerismo con la conducción de la Universidad, Saintout designó este año a dos funcionarios en el Rectorado de la UNLP: como secretario de Extensión asumió su pareja, “El Chaucha” Quiroga, mientras que en la secretaría general desembarcó Leonardo González. Este último venía de trabajar en el canal 10 de Mar del Plata, propiedad de Jorge Aníbal Pérez (pareja de María Ximena Velázquez, ex compañera de cátedra de Saintout), salpicado en el Boudougate.

El  canal 10 intentó ser comprado por Alejandro Núñez Carmona, el socio de Amado Boudou (ambos están procesados por la escandalosa compra de la exCiccone), en una operación que nunca llegó a concretarse, pero que igual forma parte del expediente que tramita en el juzgado de Ariel Lijo. Uno de los nexos en las negociaciones habría sido Gabriel Bianco, un amigo de la juventud de Núñez Carmona y de Boudou, quienes nacieron en Mar del Plata.

Bianco actualmente es director en el canal 10 de La Feliz y es socio de Pérez y Velázquez en la empresa Productores Independientes Asociados SA, una de las sociedades vinculadas con el canal 9 de Paraná que también regentea Pérez.

Otro socio de Pérez es Martín José Cortés, presidente del Banco de Formosa y docente de la Facultad de Periodismo, muy cercano a Saintout. Luego de haber compartido tareas de prensa durante la presidencia de Osvaldo Mércuri en la Presidencia de la Cámara de Diputados bonaerense en los años ´90, el tándem Cortés y Pérez incursionó en otros negocios: hoteles, casinos y canales de TV. El banquero, que actualmente es uno de los principales operadores políticos del gobernador formoseño Gildo Insfrán y es socio del jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, está en la mira del juez Lijo por haber embolsado en una cuenta personal $2,2 millones. Se sospecha que con ese dinero se encubrió una supuesta coima, una devolución por los honorarios percibidos por The Old Fund, la sociedad que compró la ex Ciccone, para asesorar al gobierno formoseño en una oscura reestructuración de su deuda.

Tan estrecha es la relación de Saintout y Cortés que la decana le creó una suerte de cátedra fantasma a su medida llamada Taller de Planificación Comunicacional en el Sistema Productivo. En tanto, al hijo de Cortés, llamado Joaquín, también le dieron un rol protagónico en la unidad académica y en el gobierno nacional. Luego de haber sido presidente del Centro de Estudiantes de Periodismo, actualmente es titular de la Federación Universitaria Argentina de los Estudiantes (FUA-E) que creó el kirchnerismo al no poder quedarse con la conducción de la Federación Universitaria Argentina (FUA).

Poco les importó que ya no sea estudiante:  Joaquín actualmente es consejero directivo de Periodismo en representación del claustro de Graduados. Como si todo esto fuera poco, el hijo del banquero es Director Nacional de la Juventud. Se trata de un puesto político que funciona bajo la órbita del Ministerio de Desarrollo Social, a cargo de Alicia Kirchner.  Se ve que el ascenso político le redituó políticamente a Joaquín: pasó de movilizarse en un modesto Peugeot 206 a un auto de alta gama.

Asimismo, el hijo del banquero, a partir de los buenos oficios de su padre y de los fuertes vínculos con Saintout, fue puesto a dedo como responsable de la regional que abrió la Facultad de Periodismo en esa provincia.

La fundación trucha

Como casi todos los organismos que conducen kirchneristas, en la Facultad de Periodismo hay cajas negras para recaudar fondos sin control. El principal mecanismo para cumplir esta función sería la denominada Fundación Facultad de Periodismo y Comunicación Social para la Defensa de la Educación Libre, Pública y Gratuita. Se trata de una entidad que recauda dinero a partir de convenios de la facultad con empresas y organismos gubernamentales, y que no rinde cuentas ni presenta balances. Al tratarse de una entidad privada, no existe ningún tipo de control de parte del Consejo Superior, el órgano de co-gobierno de la Universidad de La Plata. Tan trucha es esta fundación que ni siquiera tiene un teléfono propio, como así tampoco un mail de contacto.

La actividad de las fundaciones dentro de las universidades fue duramente cuestionada por organismos de contralor como la Sindicatura General de la Nación (Sigen). Ya en un dictamen del año 1998 se alertaba que el funcionamiento de esas entidades "refleja que los fondos públicos son administrados por una persona jurídica de carácter privado, lo que restringe el control de los mismos por parte de la Universidad".

En octubre de 2012, el diario Hoy se comunicó con el decanato de la facultad de Periodismo con el objetivo de hablar con algún responsable de la fundación. Pasaron más de dos años, y aún no obtuvimos ninguna respuesta.

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