Descontrol narco en la Aduana

Política

23/10/2014 - 06:12hs

El organismo que debe controlar la salida y entrada de la mercadería al país, es un paraíso para los narcotraficantes. Estrechos colaboradores del titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, en la mira

La Argentina tiene innumerable cantidad de fallas a la hora de controlar la entrada y salida del país. La Aduana es un organismo que aparece casi pintado, donde la corrupción y la ineptitud marca su funcionamiento.

A los incalculables casos de narcotráfico y contrabando que se ven en forma cotidiana, distintos especialistas señalan que la Aduana no es más que una fachada para diferentes hechos de corrupción. La mayoría de ellos tienen como epicentro a funcionarios públicos como  Daniel Santanna, un hombre de extrema confianza del titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, que actualmente está a cargo de la Subdirección General de Operaciones Aduaneras Metropolitanas.

En diálogo con Hoy, la legisladora porteña por Confianza Pública, Graciela Ocaña, señaló que “en Argentina no hay controles. La Aduana siempre tuvo niveles de corrupción importantes. Ahora bien, lo más grave es cuando al contrabando de mercaderías se le suma la droga, donde el dinero es muchísimo mayor. Creo que eso es lo que está pasando en los últimos años en el país”.

Para la exMinistra de Salud de la Nación, “en los últimos años la Aduana se ha transformado en un lugar donde los narcos han escalado y crecido por las facilidades con las cuales ingresan, y lo que antes hacían en otros países como Colombia, lo han trasladado ahora a la Argentina”.

“La Aduana es parte de los organismos que deberían modernizarse y adecuarse para que estas cuestiones no sucedan. Lo que pasa siempre es que la droga muchas veces es descubierta afuera, cuando traspasaron las fronteras de la Aduana argentina sin que nadie se diera cuenta. Tenemos funcionarios ineptos o no tenemos mecanismos para encontrar la droga o directamente tenemos una red importante de corrupción”, subrayó Ocaña.  Esto último remarcado por la exfuncionaria puede verse en el caso del actual titular de la Subdirección General de Operaciones Aduaneras Metropolitanas, a quienes muchos sindican como uno de los máximos responsables del descontrol. 

Un amigo muy particular

Santanna ha estado muchas veces en el centro de la atención política por temas vinculados al narcotráfico. Y fue permanentemente reciclado dentro del organismo recaudador. Fuentes judiciales consultadas por Hoy sostienen que el funcionario K estaría siendo investigado por la DEA norteamericana por conexiones que tendría con narcos colombianos, así como también es creciente la sospecha en los corrillos políticos de cierta relación que habría tenido en su momento con el rey de la efedrina, Mario Segovia.

Santanna y Echegaray se conocen desde la época en que ambos se encontraron en la Aduana de Río Gallegos. El actual titular de la AFIP estuvo a cargo de esa repartición entre 1995 y 1997, y  volvió a ser administrador interino en 2003.

Santanna también habría estado fuertemente involucrado en el escándalo de exportación de carne a través de la Aduana de Campana y, cuando se desempeñaba como director de control, fue desplazado del cargo por su presunta participación en el envío de cocaína a través de las valijas de la aerolínea Southern Winds.  "No sólo no controló, sino que aparte no hizo nada ni antes ni después", dijo en el auto de procesamiento contra Santanna el juez a cargo de esa causa judicial, Marcelo Aguinsky. Tiempo después, el magistrado lo sobreseyó, pero el escándalo nunca terminó de esclarecerse. Peor aún, cuando Echegaray asumió en la AFIP, volvió a poner a su amigo en un cargo jerárquico.

Pero no sólo este funcionario estaría sospechado por diversos actores políticos y judiciales. Hay también otros dos viejos conocidos de Echegaray. El primero de ellos es Ángel Rubén Toninelli, un monotributista categoría C que actualmente es titular de la estratégica Dirección General Impositiva. Toninelli también trabajó en la Aduana cuando el actual mandamás de la AFIP regía sus destinos, y estuvo involucrado en una causa judicial  junto al entonces titular del club Ferro Carril Oeste, Marcelo Corso, por supuesta administración fraudulenta de la institución porteña en el año 2002. Otro de los personajes que aparece ligado a sospechosos casos de corrupción es el actual jefe de la regional Córdoba de la AFIP, Diego Garayzábal, quien trabajó con Echegaray en la Aduana y en la Oncca, y que habría estado mezclado en diversas causas judiciales por supuestos actos de corrupción.

El panorama de las fronteras argentinas, hoy en día, es muy complicado. Son verdaderos coladores y la Aduana, que debería estar al servicio de la gente y de la seguridad de la sociedad en su conjunto, parece estar dominada por la corrupción.

No sabe, no contesta

Como suele ser habitual entre los funcionarios kirchneristas, a la hora de dar explicaciones sobre sus actos o supuestos hechos oscuros que acaecieron bajo su administración, el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, no ha emitido opinión sobre los graves sucesos que aquejan a la Aduana argentina.

La relación de Echegaray con la Aduana es vieja y conocida. Ni bien asumido Néstor Kirchner, el patagónico le dio el control de este importante organismo, y tras un escándalo por el sostenimiento o no del sistema de control de las importaciones y exportaciones argentinos, conocido como "María", pasó a la Oncca (Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuaria) donde fue denunciado por el supuesto otorgamiento de subsidios truchos. Hombres como Santanna, Toninelli y Garayzábal, no son ajenos a Echegaray, y por más que ahora quiera mirar para otro lado y hacerse el desentendido de la situación, la realidad muestra que sabe qué es lo que pasa en la Aduana y de los constantes desbordes y descontroles que consumen al organismo público.

Una década ganada en narcotráfico

La total falta de control en las fronteras y en la Aduana, es uno de los graves problemas que deja el kirchnerismo al próximo gobierno como herencia.

Grandes hechos de narcotráfico y contrabando han azotado a la Argentina durante los últimos 11 años. Casos como la mafia de los medicamentos, el tráfico de efedrina, Southerns Winds, los hermanos Juliá presos en España, la Operación Strawberry, Merluza Blanca, entre otros, han tenido el tema del descontrol oficial con respecto al narcotráfico, en el centro de la escena.

Las mafias parecen manejarse como en sus casas dentro de la Aduana, con containers repletos de mercaderías que entran y salen del país sin ninguna clase de control, convirtiendo a la Argentina en una especie de edén para la actividad narco.