Luego del desplante sufrido en Tucumán, el líder libertario cruzó a
los gobernadores: “Quieren destruir al Gobierno nacional y romper todo”.
El Día de la Independencia dejó una postal ineludible: la soledad del presidente Javier Milei. La vigilia del 8 de julio en la provincia de Tucumán tuvo más ausencias que presencias. El mandatario no viajó, alegando condiciones climáticas, y tampoco lo hicieron la mayoría de los gobernadores.
El faltazo generalizado dejó al descubierto un vacío político. A diferencia del año pasado, cuando 18 gobernadores participaron del acto en el marco del Pacto de Mayo, esta vez la imagen fue otra.
Algunos mandatarios provinciales esgrimieron los mismos argumentos climáticos, aunque en el entorno presidencial reconocen que no había margen para la foto. El gesto fue leído por el oficialismo como un desplante coordinado frente al creciente malestar por la falta de transferencias y el desfinanciamiento de obras públicas en las provincias.
Milei contra todos
La reacción del Presidente al vacío de los mandatarios provinciales no tardó en llegar. En una entrevista periodística, Milei lanzó duras acusaciones contra todos los gobernadores, incluso los que lo habían acompañado en votaciones clave. “Quieren destruir al Gobierno nacional y romper todo”, denunció y agregó: “A ellos no les importa si los argentinos van a estar peor o mejor. Les importa el poder y el beneficio propio”.
Según el mandatario, el reclamo de los gobernadores por los fondos no tiene sustento. “La recaudación les viene creciendo entre el 7% y el 8%. Partieron de una situación de equilibrio”, sostuvo. Además, celebró que el Senado no tratara el “paquetazo” propuesto por los mandatarios provinciales y dejó una advertencia en tono desafiante sobre el rol de la vicepresidenta: “Veremos qué hace Villarruel. Los pingos se ven en la cancha”.
Por otra parte, insistió en que judicializará la ley de movilidad jubilatoria si el Congreso rechaza su veto. “No va a tener efecto ni en el gasto ni en la cantidad de dinero. Si querían hacer una maldad, ya es tarde”, aseguró el líder libertario.
De esta manera, el 9 de julio terminó sin gestos de unidad y con un frente político abierto. El clima no sólo fue adverso en términos meteorológicos, también lo fue en términos institucionales. La celebración patria expuso, con crudeza, la falta de respaldo político que enfrenta el Gobierno nacional en pleno año electoral.