El "cuento chino" de Garro

Hay gobernantes que van de desaguisado en desaguisado. Intentan tapar un bache, pero van y hacen otro peor. 

En esto, el intendente de La Plata, Julio Garro, es experto. La prueba está en que ayer, según se informó desde la Municipalidad, decidió suspender el viaje que tenía previsto hacer hoy a la República Popular de China. ¿El motivo? Su temor a que la ciudad se inunde, ante el alerta meteorológico que rige desde anoche.

Si el propio jefe comunal entra en pánico, ¿qué queda para el resto de los vecinos platenses?

¿Qué se hizo en estos más de dos años para que no volvamos a tener otro 2 de abril? ¿Qué hicieron los ediles para que Garro rindiera cuenta del dinero que recibió y no sabemos si se evaporó o adónde fue a parar?

Ya lo advirtieron las asambleas de inundados en su último comunicado con motivo de un nuevo aniversario de la fatídica fecha de 2013. La información oficial, tanto municipal como provincial, casi que brilla por su ausencia; las obras marchan lentas y no se finalizan; a principios de este año, dos personas murieron en medio de un temporal; y ya es parte del paisaje habitual de la ciudad que ante unas pocas gotas las calles, tanto de la periferia como del centro, se inunden, volviéndose intransitables.

Como hemos dicho tantas veces, todo lo que nos pasa es responsabilidad de los que asumieron, elegidos por el soberano para cambiar o corregir el estado deplorable de la herencia recibida.

Como con las obras para evitar nuevas inundaciones, hay silencio de radio sobre el ineficiente servicio de la basura, sobre el funcionamiento de las líneas de micros o el mal estado de las veredas.

¿Dónde van las tasas que pagamos para ver una ciudad limpia y segura? ¿En qué se gastan los impuestos que abonamos con cada uno de nuestros servicios?

¿No dijo la Gobernadora que iba bajar las cargas tributarias o será que habremos confundido las palabras de ese español pausado que tan bien practica?

Pagar por un buen servicio es una regla básica del Estado de Bienestar. Hacerlo a cambio de nada es una estafa. Un buen cuento chino.