“El Gobernador José Alperovich es uno de los principales mafiosos”

Política

01/11/2013 - 06:47hs

Así lo afirmó a Hoy Alberto Lebbos, padre de Paulina, asesinada en Tucumán en 2006. Le apuntó al mandatario K, a quien acusa de encubrir a los responsables del homicidio. El reino de la impunidad

Tucumán se ha convertido desde hace ya varios años en un feudo en el que reinan la impunidad y el encubrimiento, donde las mafias de la trata de personas y el narcotráfico operan sin que el Gobierno de la familia Alperovich haga demasiado para impedirlo, sino todo lo contrario.

No sólo la impunidad se impuso en la causa de la desaparición de Marita Verón, donde ninguno de los imputados fue condenado. También existen otros casos que permanecen en un manto de oscuridad amparados por el poder político local, como el asesinato de Paulina Lebbos, sucedido en 2006.

La joven era hija de Alberto Lebbos, un exsubsecretario de Deportes y Juventud provincial, quien acusó a los hijos del Gobernador tucumano José Alperovich y de su secretario privado, Juan Alberto Kaleñuk, de estar vinculados al crimen. 

Cabe recordar que Alperovich es un mandatario provincial mimado por el kirchnerismo, y que su esposa, la senadora Beatriz Rojkés, es nada más y nada menos que la tercera en la línea de sucesión presidencial, detrás de Amado Boudou.

“Está enquistada”

“La mafia está enquistada adentro del Gobierno. El Gobernador José Alperovich es uno de los principales mafiosos, porque los tiene amparados y protegidos a todos los cómplices del homicidio de Paulina. Les sigue pagando un sueldo con los impuestos que paga mi familia”, aseguró a Hoy Alberto Lebbos.

Luego explicó: “En el caso de mi hija Paulina, es claro que desde el Estado se gestó todo un manto de encubrimiento. Todos los policías implicados, los funcionarios del área de seguridad que estaban cuando la asesinaron a mi hija, siguen cobrando un sueldo del Estado, porque siguen contratados”.

Lebbos vinculó además a los poderes Judicial y Legislativo con la impunidad reinante en la provincia: “La vinculación del poder político con el poder judicial es otro tema. Hay dos fiscales que tuvieron inmovilizada la causa durante siete años, poniendo todos los obstáculos para que no se sepa la verdad. Y además hay una Legislatura que convalida todo esto, porque no actúa de acuerdo al mandato que tiene constitucionalmente”.

El padre de Paulina aseguró además que hay cientos de casos impunes que no tienen repercusión (ver aparte) y sentenció: “Hay que ver la realidad: estamos en presencia de un clan perverso y mafioso que gobierna la Provincia de Tucumán. Y basan su poder en meterle miedo a la gente, al tenerla atemorizada para que no reaccione. En la causa de Paulina estamos todos con amenaza de muerte”.

Dos familias sospechosas

En Tucumán los clanes Alperovich y Ale están íntimamente relacionados. Estos últimos son una familia que alcanzó su cumbre bajo el gobierno de Julio Miranda, cuando Alperovich era ministro de Economía. 

En este período se hicieron fuertes, tejiendo un manto de impunidad con sus vínculos de poder que les permitió salir absueltos de diversas causas, y comenzaron con su principal negocio de “fachada”: la remisería “5 estrellas”, empresa a la que Fernando Juri, primer vicegobernador de Alperovich, promovió para que se integrara como una colateral del sistema policial. Bajo el calor oficial, los negocios fueron aumentando: comercios, líneas de colectivos, y adquisición de tierras.

Otro causa que puede salpicar a lo más alto del poder

Ayer comenzó el juicio a los integrantes del denominado “Clan Ale”, liderado por los hermanos Rubén “La Chancha” y “El Mono” Ale, que a través de diversos negocios empresariales tejieron relaciones con los Gobiernos provinciales de turno, fundamentalmente con la familia Alperovich.

Cabe recordar que los hermanos Ale fueron mencionados en el juicio por la desaparición de María de los Angeles Verón, por su presunta participación en el secuestro, a través de la remisería que poseen (ver aparte).

“La Chancha” Ale, quien fuera también expresidente del club San Martín de Tucumán, negó ayer ser el cabecilla de una asociación ilícita dedicada a lavar dinero, en la declaración indagatoria que prestó ante el juez federal número 2 de Tucumán, Fernando Poviña, en el marco de esta causa que se le sigue por lavado de dinero y evasión fiscal. 

La fiscalía además le atribuye que la asociación ilícita que poseería estaría dedicada a cometer múltiples delitos, entre ellos la explotación sexual de personas.