El Indec admite caída en la economía y el Gobierno reconoce que se vienen “meses” de recesión

El Indec reconoció una caída en la actividad económica. Lo hizo con datos de abril, que marcan una contracción del 2,7% con respecto a marzo, y del 0,9% en la medida interanual

Lector, lectora, lamentamos tener que sacarlo, aunque sea por un momento, de ese estado de euforia que no debe entrarle en el cuerpo, tras el sufrido triunfo de la Selección Argentina ante Nigeria y el pase a octavos de final de la Copa del Mundo. 

Hoy, dedicamos casi todo nuestro diario a la cobertura de esa alegría que nos llega desde Rusia, que cala hondo en los corazones argentinos y, sobre todo, de los platenses que nos emocionamos cuando ayer Marcos Rojo puso el sello de la victoria en San Petersburgo. 

Pero no podemos dejar de lado la realidad que acontece aquí, mientras la pelota rueda al otro lado del mundo. Nos vemos en la obligación de informarle lo que veníamos anticipando y ayer admitió el Gobierno: por primera vez desde el inicio de la gestión de Mauricio Macri, el Indec reconoció una caída en la actividad económica. Lo hizo con datos de abril, que marcan una contracción del 2,7% con respecto a marzo, y del 0,9% en la medida interanual. El sector más afectado fue el de la Agricultura, ganadería, caza y silvicultura, que cayó un 30% interanual. 

Entre las causas, se ubican la sequía y la corrida cambiaria, dos variables que el Gobierno, sin plan económico a mano, no previó. Los datos tomaron por sorpresa a varios economistas: que la fuerte caída se haya registrado en abril, antes de la crisis cambiaria de mayo y junio, marcaría el preludio de una fuerte recesión. Para mayo, de hecho, informes privados registraron una contracción interanual del 2,8%, con una pérdida para el campo, y toda la economía nacional, de US$8.000 millones.

El Banco Central advirtió sobre “riesgos de mayor inflación”

Sobre la base de estos datos, también el Banco Central proyectó ayer un futuro sombrío: reconoció una “aceleración adicional” de la inflación en junio, advirtió sobre “riesgos de mayor inflación a la esperada si la devaluación se traspasa a los precios minoristas”; y vaticinó una “desaceleración” en la economía. Frente a este panorama, la entidad convalidó la tasa de interés en el 40%, apostando a la recesión para que un menor consumo redunde en una menor inflación, sin medir las conocidas consecuencias.

La fuerza de la realidad

Horas antes de que el Indec diera a conocer su informe, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, se vio obligado a reconocer que “se vienen meses más recesivos”.

Nos gustaría poder escribir sobre otra realidad, pero lo cierto es que la caída económica de abril adelanta el ciclo recesivo en todos los sectores para el resto del año, disparado por la devaluación, pero que se acelerará con el acuerdo con el FMI y sus condiciones: más devaluación, tarifas más altas, ajuste a trabajadores y jubilados.

Ya quisiéramos que el optimismo que viaja desde Rusia contagiara las noticias políticas y económicas de mañana. Ojalá, los problemas argentinos se solucionaran con un gol en el último minuto y pasar el invierno fuera más fácil para todos. 

De momento, después de tanta bronca contenida, aférrese a esta postergada felicidad que llega como una ráfaga, tómela y no la suelte hasta el partido del sábado.