El recorte en las obras ya impacta en la Provincia

La gobernadora María Eugenia Vidal admitió que recortó $3.000 millones del presupuesto de obras públicas de la Provincia para financiar la eliminación de impuestos bonaerenses  de las facturas de electricidad, gas y agua. La medida, en realidad, va en línea con la política del Gobierno nacional para reducir el déficit fiscal, a pedido del FMI. Pero, además de impactar negativamente en la infraestructura y el empleo, se manifiesta como el síndrome de la manta corta: menos obras a cambio de menos impuestos sin que ello represente una merma cabal en el tarifazo. 

Como informó este medio, la Provincia sufrirá un recorte total de $7.500 millones de la obra pública financiada por Nación, como medida de austeridad para tranquilizar a los mercados, grandes ganadores de la bicicleta financiera que fomenta el Gobierno.

Un claro botón de muestra del ajuste también se conoció ayer cuando trascendió que se suspenderá la construcción de la cuarta y quinta centrales nucleares. Las obras de la cuarta, Atucha III, a instalarse en Lima, Zárate, iban a generar más de cinco mil puestos de trabajo. La crisis y el ajuste para bajar el déficit tiraron por la borda el proyecto. La inversión se iba a concretar con un crédito blando negociado con China, pero el Ejecutivo prefirió evitar este endeudamiento que generaría miles de empleos y, en cambio, recurrir al otro, al del FMI, tan solo para sostener la bicicleta financiera.