13/03/2014 - 06:51hs
Una suerte de affaire con la instalación de aires acondicionados, dejó mal parado al decano de Derecho de la UNLP y actual Fiscal de Estado de la Provincia
Se supone que en la Facultad de Derecho de una Universidad Nacional de La Plata (UNLP) se le enseña a los estudiantes la importancia de lo que significa el cumplimiento de las leyes y de las normas que regulan el funcionamiento de las instituciones.
Ahora bien, ¿qué ocurre si en el seno de la casa de altos estudios surgen sospechas de que, desde la propia conducción de la institución, se estarían avalando acciones que van en una dirección absolutamente opuesta a lo que se debería estar enseñando?. Peor aún: qué pensar si, para colmo, la institución en cuestión está presidida -nada más y nada menos- que por Hernán Gómez, el Fiscal de Estado de la Provincia, cuya función es la de defender el patrimonio del Fisco bonaerense, ser parte legítima en los juicios contencioso-administrativos y en todos aquellos en que se controviertan intereses del Estado.
Gómez, que está cumpliendo sus últimas semanas como decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, se vio salpicado por un escándalo luego de haberle hecho gastar a la Universidad casi medio millón de pesos –dinero que aportan todos los ciudadanos con los impuestos que pagan- en la instalación de 12 equipos de aire acondicionado de 15 mil frigorías cada uno en el salón de los Espejos de la unidad académica.
Básicamente, los principales cuestionamientos apuntan a que no se habría realizado –supuestamente- ningún trámite de contratación de acuerdo con las normativas vigentes, reguladas por el decreto del Poder Ejecutivo Nacional 893/2012.
La empresa beneficiada, Escala Climática SRL, que es propiedad de un comerciante de nacionalidad uruguaya llamado Nelson Emilio López Vignoli y del arquitecto Martín Alejandro Arbillaga, aparentemente no podía ser proveedor del Estado Nacional al no contar con el certificado fiscal correspondiente al momento de la contratación.
Recién una vez que los artefactos estuvieron colocados, en noviembre de 2012, se inició un expediente en la Universidad, mediante un trámite de excepción. Se fundamentó la premura del pedido en acortar las invitaciones a empresas de la ciudad, con eficacia comprobada, sin importar que Escala Climática SRL no era proveedora habitual de la Facultad. Asimismo, se efectuó el pedido de presupuesto sin la intervención del Departamento de Compras de la Facultad: como era de esperar la contratación fue adjudicada a Escala Climática por la suma de $ 484.908,00.
Un gran dibujo
Ahora bien, al no tener intervención el Departamento de Compras de la Facultad, no se realizó orden de compra alguna, y en su lugar hizo un contrato de obra con fecha 17 de diciembre de 2012, con un plazo de entrega de nueve días, finalizando la obra el 27 de diciembre de 2012. “Es imposible instalar 12 equipos de aire acondicionado de 15000 frigorías en nueve días. Fue un gran dibujo”, dijeron las fuentes consultadas.
En ese sentido, afirmaron que las presuntas irregularidades, sumadas a otros hechos, terminaron tiempo después en un gran escándalo interno que incluyó la renuncia del Secretario Económico Financiero de la Facultad, Guillermo Millán, quien supuestamente no habría tolerado el affaire de los aires acondicionados. Además, personal de carrera de la facultad también habrían sido derivados a cumplir otras funciones.
“Un jefe del Area Económico Financiera que se negó a avalar todo esto terminó siendo desplazado por el decano y en su lugar se puso a una persona que tenía un sumario por maniobras fraudulentas con fondos públicos en la Facultad de Ciencias Veterinarias. Acto seguido, pudieron efectuar el pago y avanzar con contrataciones similares”, concluyeron las fuentes.
No son pocos los que atribuyen esta situación a una suerte de desmanejo en la unidad académica, motivada por el hecho de que Gómez viene desempeñando un doble cargo, delegando funciones en otros funcionarios del decanato. En ese sentido, las fuentes mencionan con insistencia al secretario de Extensión Universitaria, Gustavo Brook, impulsor de la compra de los aires acondicionados y mano derecha de Gómez, como uno de los responsables de esta situación. Se trata de un funcionario universitario que supo militar con los K, y hasta participó en elecciones de graduados integrando listas armadas por personajes oscuros del kirchnerismo como el diputado Carlos Kunkel.
“No fue casualidad que los no docentes, en las últimas elecciones, le dieron la espalda a esta gestión. Fue la respuesta a este tipo de manejos y a los maltratos que están sufriendo”, concluyeron las fuentes. En definitiva, el affaire de los aires terminó siendo el detonante de una situación que ya de por sí era explosiva.
La otra cara de las denuncias
Ante una consulta de Hoy, fuentes cercanas al decanato de la Facultad de Derecho defendieron la colocación de los aires acondicionados. “Los artefactos están correctamente funcionando, la instalación está bien hecha, no hay mucho más que comentar”, afirmaron.
Las fuentes reconocieron que Millán renunció, por diferencias con el decano, pero lo desligaron del affaire de los aires. Y aseguraron que “las denuncias que están circulando son motorizadas por personas que quedaron excluidas de una serie de ascensos”.