26/09/2016 - 05:00hs
Cuando todo indicaría que el paradigma de los mandos intermedios y altos de la Policía Bonaerense es ver cómo pueden recaudar más dinero en forma ilegal, la ciudadanía sufre elevados índices de inseguridad.
Entraderas, asaltos en la vía pública, homicidios o heridos graves en ocasión de robo son algunas de las tétricas postales de la realidad en la Provincia de Buenos Aires.
Y en este marco, desde el anonimato, efectivos policiales del universo de la mayoría que quiere trabajar con compromiso y honestidad denunciaron que en La Plata casi la mitad de los patrulleros no funcionan, los chalecos antibalas nunca fueron renovados, los móviles que andan solo tienen blindaje en el parabrisas y puertas delanteras, y los equipos de comunicación no tienen mantenimiento y suelen no funcionar como corresponde. Además indicaron que los cursos de capacitación son ineficaces y que falta un plan de seguridad serio.
“En las comisarías de La Plata funcionan la mitad de los patrulleros respecto a la cantidad de cuadrículas. Se rompen y no hay plata para repararlos, ni tampoco para hacer los service. Por lo tanto es evidente que la prevención hace agua y llegamos a las denuncias el doble de tarde de lo que correspondería”, explicó a diario Hoy un oficial de una seccional de la Distrital La Plata.
Un jefe de la fuerza que no quiso ser identificado detalló que para las 87 cuadrículas de La Plata solo funcionan 48 móviles. Por eso, principalmente en horarios nocturnos, los patrulleros brillan por su ausencia y los delincuentes tienen mayor margen de actuación.
Estos números grafican la falta de decisión política. Cuando en la sociedad parece prevalecer la ley de la selva con reacciones de justicieros ante el Estado ausente, los funcionarios a cargo de la seguridad no se ocupan de garantizar la mínima logística a los policías que arriesgan sus vidas cada día en las calles salvajes.