Fuerte castigo a la clase media

Política

03/02/2015 - 06:12hs

Por la falta de actualización de los límites impositivos, la presión fiscal del kirchnerismo sobre la clase media es creciente. Trabajadores en relación de dependencia que ganan más de $7.385 mensuales en bruto, con un patrimonio superior a $305.000, deben presentar la declaración del impuesto de Bienes personales.  En tanto, los que ganen más de $11.075 deben hacer una presentación simplificada de Ganancias. Fuerte polémica

La pérdida de objetivos del kirchnerismo, está provocando que ante la caída de niveles productivos, la oferta educativa se haya empobrecido y por consiguiente, se esté en un retroceso peligroso, donde la clase media tiende a dejar de existir, para dar paso a más pobres y marginados.

Esto queda marcado en la fuerte presión fiscal que atormenta a la ciudadanía. Por ejemplo, las autoridades gubernamentales determinaron que aquellos que superen los $11.075 brutos mensuales ($144.000 anuales), y en la medida en que esos ingresos sean provenientes exclusivamente del trabajo dependiente, deberán realizar una presentación simplificada en Ganancias.

En el caso de Bienes Personales, la situación es diferente, pero igualmente grave y regresiva. Ocurre que la falta de actualización de los límites a partir de los cuales se comienza a pagar el tributo abrirá una nueva polémica, producto de la conjunción de varios factores. En primer término, la actual normativa del fisco indica que aquellos que ganan a partir de $7.385 brutos al mes ($96.000 anuales) estarán obligados a presentar la declaración del impuesto. Pero sucede que esa remuneración no se actualiza desde el 2010. Vale decir que una mayor cantidad de personas ya supera el piso establecido. Esto, sin contar, los incrementos previstos para 2015.  Asimismo, desde 2007 tampoco se ha modificado el valor de $305.000 a partir del cual comienza a tributarse el gravamen. Esto hace que con sólo poseer una cochera, un inmueble y un auto, un asalariado se vea alcanzado por el gravamen.

Esta situación ocurre porque el gobierno tiene un Gasto absolutamente descontrolado que ha echado mano a todas las cajas posibles que tenía a su alcance, y ahora pasa que no tiene muchos recursos a los cuales echar mano, lo que tiene un doble impacto sobre las personas a las que se les cobra estos impuestos injustos.

Mariano Lamothe, profesor de la Universidad de San Andrés, sostiene en diálogo con Hoy que “todo esto tiene que ver con el tema del Gasto Público, donde no se ha solucionado el esquema de los subsidios, y buscar medidas alternativas que sirvan para financiar toda una estructura que depende de los ingresos públicos”.

Para el jefe de análisis económico de la consultora Abeceb.com, “la inflación destruyó cualquier clase de progresividad que hayan podido tener los impuestos y se pasó a un sistema altamente regresivo. La idea del gobierno es pagar el costo político de mantener el Impuesto a las Ganancias y no el de los subsidios, lo que va empeorando toda la situación”.

Con respecto a la Clase Media, el gobierno supone que su núcleo de votantes está en las clases bajas, que ha crecido exponencialmente en esta última década –sin mejorar su situación personal-, con lo que políticamente es menos caro afectar a la Clase Media que ha descendido en el país.

“Esto ya es un tema político de no querer pagar costos políticos y nada tiene que ver con una política económica, tiene que ver con no querer pagar los costos políticos que significaría un ajuste, reducir los subsidios, reconociendo el nivel de inflación que hay en el país, y eso el gobierno no lo hace porque no le conviene políticamente”, resaltó Lamothe.

La Argentina tiene una presión impositiva similar a la de los países nórdicos, con la diferencia que allí hay un retorno de presión impositiva en materia de Salud, Educación, Vivienda, en todo lo que tiene que producir el Estado, donde todo aquello que cobra el Estado tiene un retorno palpable de máximo nivel, acá sucede todo lo contrario, el Argentina el 97% del Gasto Público es para pagar salarios, de ahí su enrome improductividad.

A lo largo de la mal llamada década ganada, el Gasto Público ha crecido en forma exorbitante para financiar todo un accionar político del kirchnerismo que le ha permitido granjearse el favor de determinados sectores sociales, pero que ha endeudado al país, y con un perdedor por excelencia, la deteriorada clase media nacional.