Fuerte reclamo de la Iglesia por el aumento de la pobreza

Política

01/04/2013 - 06:22hs

Según la Universidad Católica, en la Argentina hay 11 millones de pobres. Obispos
hicieron un llamado de atención. Pidieron “actitudes de respeto, diálogo, honestidad y solidaridad”

Los obispos argentinos reclamaron ayer, en sus mensajes pascuales, más diálogo y menos agravios entre hermanos, a fin de fortalecer la "amistad social" y poder sumar esfuerzos para construir un país más justo, fraterno y solidario, que sea "casa para todos" y no para pocos.

Los prelados también llamaron a asumir como propia la opción por los pobres pedida por el papa Francisco al inicio de su pontificado, en un país donde estadísticas de la Universidad Católica Argentina advierten que hay 11 millones de personas en situación de precariedad social.

La inflación está causando estragos. Cada día que pasa más personas pasan a engrosar la filas de pobres e indigentes de nuestro país, producto del acelerada pérdida del poder adquisitivo. Esta realidad, que es palpable en las barriadas populares, intenta ser tapada por el gobierno. Por eso las estadísticas del INDEC ocultan casi 9 millones de pobres y, además, nada dicen acerca de cómo se incrementó el deterioro social en los últimos años. Se trata de una de las conclusiones que se des­prenden de la última Encuesta del Observatorio Social de la UCA.

En ese contexto, el presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, monseñor Jorge Lozano, advirtió sobre la aparición y profundización de "nuevas pobrezas" como la existencia de casi un millón de jóvenes que no estudian ni trabajan.

"Que haya ciento de miles de jóvenes -700.000 o un 1.000.000, según quien lo estime- que no estudian ni trabajan, no es nada bueno para ellos como proyecto de vida y nada alentador para el futuro del país", sostuvo.

Por su parte, el arzobispo Andrés Stanovnik, de Corrientes, afirmó que "para construir una sociedad que prospere en forma pacífica y armoniosa es necesario privilegiar efectivamente la atención hacia los más desfavorecidos, trabajando sobre las verdaderas causas que generan pobreza e inseguridad, poniendo en riesgo a toda la sociedad".

"Se disipan las tinieblas de la men­te y somos más razonables cuan­do optamos por el diálogo, el respeto por el otro y nos esforzamos por sumar esfuerzos para enfrentar los enormes desafíos que tenemos por delante. Por eso, tratémonos mejor en la familia y en los demás ámbitos de nuestra convivencia social y pública; y acompañemos esos gestos de amistad y buen trato con una acción solidaria y generosa en beneficio de los que menos tienen", sugirió.

En tanto, Monseñor José María Arancedo (Santa Fe), quien sucedió a Jorge Bergoglio como presidente del Episcopado, llamó a “orientar nuestros pasos, para lograr una mayor convivencia basada en los valores morales y la amistad civil”. Y reclamó a la clase política “actitudes de respeto, diálogo, honestidad y solidaridad”.

“Los argentinos nos debemos gestos de grandeza y de encuentro, que nos permitan superar el agravio y la descalificación para fortalecer lazos de pertenencia y afecto ciudadano", subrayó en su mensaje pascual, en el que también alentó a "un crecimiento inclusivo con equidad y en paz", concluyó.