01/11/2015 - 07:31hs
La compañía presidencial Los Sauces S.A. tiene como objeto comercial el de “alquiler de inmuebles”: sus “inquilinos”, entonces, al menos hasta el 2013, fueron sociedades del constructor de obra pública Lázaro Báez; y también del zar del juego Cristóbal López.
Esta información consta en la causa Hotesur, que instruía el juez Claudio Bonadio, apartado de la pesquisa por un tribunal alineado con el Gobierno: el caso apuntaba a saber si los hoteles de los Kirchner se usaron para lavar dinero de la corrupción.
El expediente está hoy en manos del magistrado Daniel Rafecas, que explicitó que no puede determinar todavía el “objeto de investigación”.
Más allá de eso, los documentos contables, según publica Clarín indican que existió en el caso Los Sauces un “triángulo” de flujo de dinero entre los Kirchner, los Báez y los López, alimentado por fondos públicos.
Esa fue la tesis de un informe presentado por la denunciante judicial de la causa Hotesur, la diputada Margarita Stolbizer, única dirigente opositora que intenta –junto a su abogada Silvina Martínez– que el expediente no duerma en un cajón judicial, tal como desean los Kirchner.
Desde el 2006 al 2008, Los Sauces S.A no registró operaciones comerciales.
Las acciones estaban repartidas así: el 45 % eran de Néstor Kirchner, el otro 45 % lo controlaba su esposa; y el 10 % restante, el hijo de ambos, Máximo.
A partir de febrero del 2008, Los Sauces empezó a invertir en propiedades: compró un lote en El Calafate; un terreno en río Gallegos; y una propiedad más en la misma ciudad.
En el año 2009, la firma declaró ante el Estado que tenía deudas por 2,9 millones de pesos con la empresa “Localzo y Del Curto”. Se trata de una de las constructoras de Báez que, según expertos en sociedades anónimas, corresponderían a un préstamo que el constructor le hizo a la firma presidencial.
El mismo año, Néstor Kirchner registró que tenía una deuda con su propia empresa de 3 millones de pesos, así como si hubiese retirado él solo el “crédito” que le habría dado Báez.
A pesar de ese movimiento financiero, Los Sauces amplió sus inversiones: compró un terreno en El Chaltén y dos departamentos en el complejo Madero Center, de Pueto Madero.
Los Kirchner pagaron más de dos millones de dólares por esas operaciones.
Al morir Néstor Kirchner, en el 2010, las acciones que le pertenecían en Los Sauces S.A pasaron a ser controladas por su hijo Máximo.
La firma declaró también tener una deuda con Osvaldo Sanfelice socio de Máximo y empleado de Cristóbal que totalizaba $922.834. Con 64 centavos.
En el 2010, Los Sauces adquirió otro terreno en El Calafate. Y una casa en Río Gallegos.
En el 2011, los Kirchner recibieron adelantos por dividendos de los Sauces: se repartieron casi $ 5 millones.
Los Sauces, según se desprende del ejercicio 2012, “alquilaba” sus inmuebles a dos firmas de Cristóbal López, Inversora M&S y Alcalis de la Patagonia.
Pero otro de sus “clientes”, en aquel tiempo, era una sociedad de Báez: la firma Valle Mitre SRL, que aparece adeudándole a la firma K $ 45.497.
En el año 2013, tal como consta en la causa Hotesur, los Sauces S.A amplió sus negocios.
Los nuevos “clientes” fueron, otra vez, empresas de Báez: las constructoras Localzo y del Curto S.A y Kank y Costilla S.A.