Los chicos volvieron a la escuela en La Plata

El gobernador Axel Kicillof lo decidió en base a las pautas epidemiológicas. Algunos intendentes macristas se quejan de que en sus distritos aún no se permite la presencialidad. Para Ferraris, de Alem, en el interior “se puede esperar un poco más”.

En buena parte de la provincia de Buenos Aires llegó el “día P”, el de la vuelta a la presencialidad en las escuelas. A partir de la mañana de hoy, por decisión del gobernador Axel Kicillof en base a pautas de riesgo epidemiológico, los chicos volverán a las aulas en todo el Gran Buenos Aires, y también en varios distritos del interior.

La cuestión de la modalidad de las clases en el contexto de la segunda ola de la pandemia de Covid-19, provocada por el coronavirus SARS-CoV-2, había sido el principal punto de disputa entre el gobierno bonaerense y la oposición, mayoritariamente representada en Juntos por el Cambio (JxC). Ahora, los intendentes macristas del conurbano ya no tienen de qué quejarse.

En el interior provincial, donde la situación sanitaria aún es complicada, se siguen oyendo voces de protesta. Pero también surgen otras que defienden los criterios para definir dónde se vuelve a las aulas y dónde no.

Por ejemplo, el intendente de Leandro N. Alem, Carlos Ferraris, dijo que, aunque los contagios están bajando, “se puede esperar un poco más” para volver a las clases presenciales: “No es momento”, opinó.

Su evaluación contrastó así con la de jefes comunales de JxC que reclaman que también en sus municipios los chicos puedan volver a los edificios escolares.

Como Guillermo Montenegro, de Mar del Plata, quien dijo días atrás que la decisión de Kicillof “discrimina” al municipio balneario. O Javier Iguacel, de Capitán Sarmiento, quien amenazó con ir a cortar rutas si el mandatario bonaerense no habilita allí las clases presenciales, lo que motivó una respuesta cortante del jefe de Gabinete provincial, Carlos Bianco: “Que se dedique a cumplir los protocolos en vez de instigar a cometer delitos”.

Kicillof y Bianco vienen aclarando que la decisión de volver a la presencialidad en algunos municipios y mantener la virtualidad en otros obedece a criterios objetivos sobre la situación epidemiológica en cada lugar. Concretamente, a que la incidencia de casos con respecto a la población en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) es inferior al límite establecido, de 500 casos cada 100.000 habitantes, pero en el interior bonaerense es, en promedio, de 696.

Y, en consonancia con esta descripción de la situación, algunos intendentes están lejos de reclamar la vuelta a las aulas. Algunos incluso solicitan cambios en sentido opues­to: más restricciones para contener al coronavirus en sus distritos.

Es el caso del jefe comunal de Monte Hermoso, Alejandro Dichia­ra, quien pidió que ese municipio “baje” de la fase sanitaria 3 a la 2, caracterizada por medidas de ­cuidado más estrictas. “Hay una irresponsabilidad bastante grande por parte de la gente”, argumentó el intendente.

En tanto, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), donde la incidencia de casos es de 833 cada 100.000 habitantes, pero el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larre­ta, mantiene la presencialidad escolar, los gremios docentes continúan con su plan de lucha en protesta por esa decisión, y ayer la abogada Valeria Carreras amplió su denuncia contra el mandatario por las muertes que, según argumentó, provoca el sostenimiento de las clases presenciales en este contexto.

Noticias Relacionadas