04/04/2013 - 07:22hs
Toda la ciudad se paralizó con lo ocurrido. Decenas de vehículos subidos a las distintas ramblas se podían ver aún ayer por la tarde. Es que al momento de salvar sus vidas, nadie dudó en abandonar los autos ni los colectivos
Un caos sin precedentes se desató en nuestra ciudad y el barrio norte no estuvo ajeno. Un ejemplo claro de ello fue cuando un ómnibus de la empresa TALP perdió el control y navegó por la avenida 32 hasta caer a la fosa ubicada en la rambla en 32 entre 8 y 9, donde antiguamente supo funcionar un helipuerto.
El chofer, osado como pocos, se quedó en la unidad hasta que bajó el agua acumulada, y se mantuvo durante más de veinte minutos maniobrando para salvar su herramienta de trabajo.
La tradicional esquina de 7 y 32 uno de los grandes ingresos a la ciudad de las diagonales, mostraba una escena inusual con vehículos acercándose a la histórica fuente buscando escapar de la inundación.
Cerca del lugar, en la esquina de 9 y 33, un rejunte de ramas rompió los vidrios de una vivienda lindera a una cochera de la zona.
En el mismo barrio, el Lavalle Billar Club ubicado en 34 entre 9 y 10, sufrió innumerables daños al ingresar el agua hasta 90 centímetros del suelo.
Por otra parte, dos perros San Bernardo de un vecino, tuvieron que subirse al trailer de un garaje para no quedar bajo el agua. Y a metros de la escena, la cochera subterránea del hospital Español colapsó ante el temporal generando pánico entre los enfermeros, médicos de guardia y personal administrativo. Incluso, ayer en horas de la tarde había personal trabajando para terminar de sacar el agua que había ingresado en la cochera.
Cabe recordar que esta zona de la ciudad de La Plata ya había sido afectada en el temporal de enero del 2005, cuando varias casas sufrieron daños significativos. Tal fue así que varios vecinos comprobaron que con el paso del tiempo en el instituto de la vivienda la cotización de sus propiedades bajaron de manera significativa ya que se considera un área inundable.
De igual forma, los vecinos ya están alerta a posibles inundaciones y por eso en la gran mayoría de las casas utilizan el sistema de compuertas para evitar que el agua ingrese. Esto los llevó a que cada vez que el servicio meteorológico anuncia tormentas los invada el miedo y a estar alerta colocando las compuertas.
La historia de Martín Mazzucco
Martín Mazzuco vive en el barrio de Tolosa, cerca del club San Martín que se encuentra en 7 y 523. El ex volante del Pincha se encuentra en plena recuperación de la fuerte operación que duró más de veinte horas a causa de un carcinoma mandibular.
En medio de esto, la tormenta no pasó desapercibida para él ya que la planta baja de su casa se inundó hasta más de la mitad de la altura. Según el mismo contó, tanto el propio Mazzucco como sus familiares tuvieron que irse al segundo piso de la casa para escaparle al agua y esperar que la situación se normalice para bajar y empezar a arreglar todos los daños que la tormenta había ocasionado.
Familiares y amigos se encontraban en la puerta de su casa tratado de colaborar con él en este difícil momento que le toca pasar tanto por la fuerte rehabilitación que viene llevando a cabo como así también por los daños materiales que sufrió.
De igual forma, ni las lluvias pudieron con su amor por el Pincha ya que al mometno de ser consultado por Hoy tenía puesta una musculosa de entrenamiento de Estudiantes.
La tristeza del escritor que perdió todo
Leopoldo Brizuela, prestigioso traductor y escritor argentino, fue uno de los tantos damnificados por el temporal en nuestra ciudad. El ganador del Premio Alfaguara en 2012, vive en Tolosa junto a su madre en una casa que sufrió el castigo del agua.
Según el relato de Brizuela, el primer piso donde vive su progenitora, quedó sumergido bajo un metro de agua. “Empezó a correr el agua como un río por la vereda”, contó a la prensa y confirmó, con tristeza, que una de sus más preciadas bibliotecas quedó sumergida: “Son dos, tres mil libros. Libros de consulta, libros de la infancia. Y los vinilos. No quise ni revisar, me duele demasiado darme cuenta de todo lo que perdí”.
El escritor vive en Tolosa desde su nacimiento y admitió que nunca había atravesado un fenómeno de estas características. “Nunca pasó esto acá. Nunca había visto cuatro horas de lluvia tupida como en el peor momento de una tormenta”.
Brizuela comenzó con su carrera en 1985 cuando publica su primera novela Tejiendo agua, luego de ganar el premio de la Fundación Amalia Lacroze de Fortabat. El año pasado ganó el Premio Alfaguara por Una misma noche.