Identificaron un nuevo centro clandestino de detención

El lugar habría sido alquilado por la SIDE hasta 1977, cuando se vendió

El centro clandestino emplazado en la calle Bacacay 3570 habría funcionado con anterioridad o simultáneamente al famoso Automotores Orletti. Su existencia se supo gracias a los testimonios de sobrevivientes. Si bien hasta el momento no habían podido precisar su ubicación exacta, el juzgado del juez federal Daniel Rafecas recibió documentos desclasificados por el gobierno de Estados Unidos sobre la última dictadura. Es allí donde se hace mención precisa al domicilio ahora identificado.

Rafecas identificó el inmueble que habría funcionado como centro clandestino de detención en la última dictadura militar y dispuso la “prohibición de innovar” para que no sufra alteraciones. Además, ordenó un registro fílmico y fotográfico del sótano del lugar.

La casa es actualmente una vivienda de familia y está ubicada en la misma manzana en la que funcionó el centro clandestino de detención Automotores Orletti. En el sitio hay un pequeño sótano en el cual habrían sido alojados los secuestrados, según testimonios brindados en la causa penal.

En la vivienda habría funcionado un centro clandestino de detención dependiente de la ex Secretaría de Inteligencia del Estado en la dictadura, al mando del fallecido general del Ejército Otto Paladino.

La investigación es parte de la megacausa por violaciones a los derechos humanos cometidos en el ámbito del Primer Cuerpo del Ejército, vinculada a delitos de lesa humanidad en el centro de detención Automotores Orletti en Floresta. El nuevo centro clandestino descubierto habría sido alquilado por la SIDE hasta 1977, cuando se vendió.

“(Las personas) eran introducidas encapuchadas, alojadas en habitaciones precarias o en el pequeño sótano de la propiedad, y sometidas a torturas con picana en una habitación acondicionada para ello”, indican las víctimas en la causa.

“No se descarta que este sitio haya servido también para las operaciones del llamado Plan Cóndor, no sólo por su vinculación con Automotores Orletti, sino porque el relato de una de las víctimas da cuenta de que allí se alojaban detenidos uruguayos”, agregaron fuentes de la causa.

Durante el período de aislamiento social, preventivo y obligatorio por Covid-19, dos víctimas declararon y describieron el inmueble tal cual era cuando el juzgado de Rafecas lo fue a reconocer.

Además, los compradores de la casa en 1977 fueron ubicados. Declararon en el juzgado que cuando ingresaron a la propiedad encontraron en el sótano unos zapatos de mujer sucios y de color rosa viejo así como también zapatos de hombre.

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