Jurados populares: maquillaje a medida

Política

03/06/2014 - 03:00hs

Pasillos judiciales

De a poco se fueron esfumando las voces díscolas que se expresaban contra el sistema de juicio por jurados. La sanción de la flamante ley que puso en marcha ese mecanismo no sólo las acalló sino que las alineó, al menos en la forma, en el anuncio que se efectivizó la semana pasada desde la sede de la Lotería bonaerense con bombas y platillos, dando a conocer a los primeros postulantes para los estrados populares.

Esas voces silenciadas hablan de posturas que ya no figuran en los medios de comunicación. Daban cuenta de banquillos de acusados que se podrían constituir siempre con el mismo perfil de acusados, los mismos que superpueblan y se hacinan desde hace años en las cárceles de la provincia: pobres, de muy escasa instrucción familia disgregada, con alto índice de reincidencia. 

Decían aquellas críticas que el sistema de juicio por jurados al ventilar sólo los delitos graves, no sólo no introducirá reformas en ese sentido sino que las profundizará. Es que los ilícitos con mayor pena como algunas clases de homicidios y los delitos contra la propiedad (robos a casas, a vehículos automotores) responden no sólo a ese mencionado segmento poblacional, sino que efectivamente, lo enclava, sin ir más allá. 

Es decir, el juicio por jurados no contempla el juzgamiento del llamado delito de guante blanco: la estafa, la defraudación a la administración pública, algún tipo de malversación, la falsificación de documento público, entre otros. Y todo porque son ilícitos con una expectativa que no supera los seis años de prisión. 

En el sistema actual de juzgamiento la mayoría de esos casos, deriva en penas exiguas de apenas meses de prisión condicional o de alguna probation con actividades comunitarias. Otra notable porción de casos, ni siquiera llega a la instancia de juicio, menos a la de sentencia: terminan prescribiendo por el paso del tiempo. 

En definitiva, la corrupción tan enquistada por estas épocas en las égidas estatales no tiene sanción punitiva en su conjunto. Los jurados populares no vienen a sanar ese alarmante diagnóstico. Y eso es más preocupante aún. Que nadie lo diga. Que tantos lo callen, subidos a la euforia del anuncio y la novedad de un “flamante” sistema traído de otros países, otras culturas e historia en materia criminal. 

El nuevo sistema

El jurado de doce integrantes y seis suplentes tendrá participación sólo en juicios penales que diriman penas de quince años de condena o más.

Sus miembros deben asistir a todas las audiencias y definir la pena para el acusado y la condena sólo será válida cuando coincidan en el voto diez de las doce personas.

Si resuelven la inocencia del enjuiciado, su decisión será irrevocable y cualquier otra sentencia podrá ser apelada ante tribunales superiores.