La era de la hipocresía: Caen las exportaciones, pero la culpa es del otro

Política

27/08/2015 - 06:06hs

Las ventas al exterior ya disminuyeron un 15% respecto del año pasado, pero el gobierno, fiel a su estilo, se excusa en los avatares de la crisis internacional, sin atender a la recesión local y a las fallas de la política económica. Un cóctel explosivo que arroja cifras preocupantes y limita el ingreso de divisas al país

Por 21º mes consecutivo, el comercio exterior argentino exhibe números muy malos y el gobierno, fiel a su estilo, mira la paja en el ojo ajeno. Apuntando los dardos hacia la crisis internacional, la caída en los precios de las commodities (por ejemplo, en la soja) y la merma en las cantidades vendidas al exterior, ayer, la presidenta Cristina Kirchner volvió a rebalsar el vaso de los relatos irrisorios: “Nosotros crecimos en volumen de exportaciones, pero cayeron los precios”, dijo. Porque “la patria es el otro”. Y la culpa, también.  

Crasa hipocresía. Hacer hincapié en la recesión que atraviesan los principales socios comerciales del país -por caso, la devaluación del yuan chino o el real brasilero- implica desatender los errores en la política económica K (como la pérdida de competitividad por inflación de costos; la brecha cambiaria; las dificultades en el acceso al financiamiento; alta presión impositiva y medidas regulatorias como los eufemísticos Registros de Operaciones de Exportación (ROE), que no son más que la facultad que tiene el Ejecutivo de determinar quién puede exportar y quién no, además de limitar las exportaciones). El cóctel es explosivo y arroja cifras preocupantes.

Según el Banco Central de la República Argentina (BCRA), en la primera mitad de 2015 ingresaron US$ 30.810 millones por el cobro de exportaciones, un 15% menos que en el primer semestre de 2014, lo que se traduce en una pérdida anual de más de US$10.000 millones de divisas.

La responsabilidad, bien entendida, comienza por casa

Para el exSecretario de Comercio Interior y Exterior de la Nación, Juan Dumas, “la explicación a esta caída estrepitosa no debemos buscarla en la crisis internacional, sino acá, en casa: si el país tiene un dólar oficial de $9,30 para exportar, mucho menos competitivo que el del final del 1 a 1, que nadie se sorprenda si exportamos poco. Peor aún, si a ese cambio oficial se le agregan derechos de exportación y el exportador termina recibiendo 5 o 6 pesos netos por dólar, la situación se torna más preocupante”, advirtió a Hoy.

En el mismo sentido, “la continuidad en el proceso de sobrevaluación del peso es un desaliento importantísimo para el exportador; a su vez, la burocracia exportadora es algo inédito, hacemos todo lo posible para que el exportador no exporte, somos el único que país que aplica cargas al comercio exterior en esta magnitud”, aseveró el economista.

Ante la creciente falta de divisas (según los analistas, el BCRA dispone de apenas US$ 12.000 millones de reservas netas), la falta de incentivos a los productores regionales -muchos de ellos quebrados, sin posibilidades de exportar- y la escasa confianza de los inversores internacionales, Dumas señaló que “esto sólo se puede corregir adecuando el tipo de cambio en términos reales, a través de un programa económico creíble, que posibilite el ingreso de capitales”.

Números rojos

De acuerdo a las cifras del Banco Central, las exportaciones del sector de oleaginosas, aceites y cereales contabilizaron US$ 12.735 millones, con una variación interanual negativa del 14%; la industria automotriz, que tiene como principal socio a Brasil, también se vio afectada, ya que ingresó divisas por US$3.737 millones, un 13% por debajo del primer semestre de 2014; el sector de alimentos, bebidas y tabaco, con exportaciones por US$3.511 millones, registró una reducción de más del 10%; mientras que el sector petrolero, marcó exportaciones por US$1.502 millones, con un fuerte retroceso del 50%.
En este contexto, la balanza comercial (que contabiliza las exportaciones e importaciones) arrojó en julio un superávit de apenas US$ 204 millones, un desplome del 75% con respecto a igual período de 2014; mientras que en los primeros siete meses de 2015, el intercambio comercial registró un saldo favorable de US$ 1437 millones, contra los US$ 4141 millones del año pasado (-65%).