La Patria herida

Los 202 años de la Independencia Argentina que se cumplen el lunes nos encontrarán en las antípodas de ese futuro por el que lucharon y soñaron los padres fundadores de la Patria.

Política

06/07/2018 - 06:55hs

Los 202 años de la Independencia Argentina que se cumplen el lunes nos encontrarán en las antípodas de ese futuro por el que lucharon y soñaron los padres fundadores de la Patria.

Para empezar, el Gobierno decidió que el 9 de julio no haya desfile militar. Ante la crisis que atraviesa el país, se adujeron “razones presupuestarias” para sacrificar ese acto simbólico que, en tiempos de escisión y desintegración, bien podría despertar la unificación, el orgullo, el apego al terruño, aunque más no fuera por unos pocos minutos. “Razones presupuestarias” para no honrar a las fuerzas encargadas de velar por la seguridad nacional, representación de quienes hace más de dos siglos decidieron que fuéramos una nación libre y soberana.

“Razones presupuestarias” que, en rigor, ocultan el malestar imperante en las Fuerzas Armadas, a las que, tal como informó este diario, se les ofreció un magro incremento salarial: un 8% para los cuadros inferiores y para los oficiales superiores apenas una suma fija de $2000 a partir del 1 de julio y de $4500 desde el 1º de agosto.

Un eslabón más en el deterioro de nuestro instrumento defensivo, que empezó con aquellos dictadores y la democracia mantiene en deuda. Relegadas como tantas otras prioridades, la defensa nacional recibe menos del 1% del presupuesto. Más del 80% de ese presupuesto se va en los escasos sueldos. Otro 15% del dinero es para mantenimiento y gastos corrientes; menos del 5% por ciento para renovar sus obsoletos materiales, antes de que se los trague la tragedia.

La Argentina, que gasta más de la cuenta en endeudarse para alentar la bicicleta financiera, pero no invierte en la producción y el empleo, en medios para combatir la inflación, la pobreza, la delincuencia, para solucionar las crisis sanitaria y educativas, tampoco lo hace en defensa.

Tal vez, ese cambio en las prioridades obedezca a un error. Como ese que a última hora de ayer el ministro de Defensa, Oscar Aguad, atribuyó al magro incremento militar  del 8%: “Me hago responsable, […] está en vías de corregirse”, dijo, para luego anticipar que “se anunciará un aumento del 15%”, es decir, tomando como base la vieja pauta de inflación anual, cuya proyección hoy tiene un piso del 30%. Quizá, quién sabe, se trate de otro error.