08/05/2015 - 06:12hs
Cristina llevó la fantasía del relato oficial a Chaco, provincia sacudida por el hambre y la miseria, y donde el Mal de Chagas causa estragos entre los más pobres. Fuerte defensa a Capitanich y pedidos de “humildad” a los dirigentes K. Las incongruencias de un modelo que se descascara
En una entrega más del maravilloso mundo en el que está sumergido el oficialismo, la presidenta Cristina Fernández visitó ayer la provincia del Chaco, en donde a través de un mensaje en cadena nacional, volvió a ratificar las “virtudes” del modelo político que ella encabeza, y pidió por una mayor “humildad” a todos los dirigentes políticos que bregan por sucederla en el cargo.
La Jefa de Estado aprovechó la oportunidad para agradecer al inefable gobernador Jorge Capitanich, a quien alabó en reiteradas ocasiones al sostener que “tuvo una gestión que transformó” a la provincia de Chaco “junto al país”. “Hoy Chaco es otro, después de Capitanich”, señaló.
Capitanich fue hasta noviembre del año 2013, momento en que asumió como Jefe de Gabinete de Cristina, uno de los precandidatos a presidente del oficialismo. Su desacertado paso por el gobierno nacional, sumado a las enormes polémicas en las que se zambulló con los medios de comunicación y dirigentes opositores, lo hicieron caer en un declive político muy grande, y termina hoy día, siendo el candidato a intendente del FpV en Resistencia.
Bajo la gestión del exjefe de gabinete, la provincia litoraleña se sumergió de polémica en polémica, desde los constantes casos de muertes por desnutrición de chicos, a la epidemia de dengue que sufrió hace unos años atrás, así como también a la muerte de cientos de dirigentes indígenas y a los escándalos que se sucedieron en torno a la conflictiva relación que une al mandatario con su exesposa Sandra Mendoza.
El país que Cristina no ve
La mandataria parece desconocer que la provincia que tanto ensalzó en sus palabras, es uno de los territorios donde el hambre, la desnutrición, la marginación y las enfermedades típicas de la pobreza, como el Mal de Chagas, arrasa a los sectores más desprotegidos que se ven indefensos ante tanta desprotección por parte del Estado.
Un informe del Centro Mandela señala que sólo en el Impenetrable chaqueño, el 90% de las viviendas está infestada con vinchucas. Esto se debe más que nada a la casi inexistente asistencia sanitaria, a los operativos fallidos para combatir este flagelo por parte de las autoridades, y al pésimo pronóstico que se ha hecho de la situación tanto desde la Nación como desde la provincia.
Para esta ONG, la actual prevalencia de la enfermedad en esta región de la Argentina se debe más que nada a la pobreza y el predominio de las viviendas ranchos a lo largo del territorio chaqueño con monte. Sin embargo, desde el Indec, se dice que en Chaco la miseria y la pobreza casi no existe, y que en la capital provincial, donde Capitanich aspira a ser jefe comunal, hay ocupación plena. Datos ridículos hasta para el más acérrimo kirchnerista.
Soberbia, inconsistencia argumentativa, falta de información del terreno y otra clase endebleces, hacen que estos papelones que suele cometer la presidenta sean graves desde lo institucional para el país. La omnipotencia de creerse todopoderosos, hace que se nuble muchas veces su capacidad de raciocinio, convirtiendo a los poderes del Estado en un desvarío de locas fantasías.
La situación de necesidad política que pasa el gobierno luego de su derrota humillante en las elecciones de Capital Federal, Santa Fe y Mendoza, lleva a Cristina a cometer un papelón tras otro en las cadenas nacionales y a hablar sobre un país imaginario que sólo creen los más enfervorizados militantes K.
Enfermedades de la pobreza
La crisis económica ha llevado a que en el país resurjan las enfermedades relacionadas íntimamente con la pobreza.
Cientos de personas mueren por semana a causa del hambre, la desnutrición, Mal de Chagas, tuberculosis, entre otras enfermedades, que sólo tienen en común, es la miseria en la que estaban sumergidos aquellos que la padecían. La provincia de Chaco es una de las más perjudicadas por estas enfermedades, con casi dos tercios de la misma en condiciones de pobreza.
Capitanich, un negador serial de la realidad, aseguró que “estos casos pueden existir como casos de situaciones de analfabetismo en parajes aislados”, demostrando un desconocimiento de la realidad preocupante para un funcionario público.
Esta situación marca la vergüenza de que en un país donde se produce alimentos para más de 400 millones de personas, haya cientos de argentinos que mueran de hambre y por enfermedades relacionadas con la pobreza, que marcan el descalabro social en el que está sumergida la Argentina.
Una provincia cargada de desigualdades
Las palabras vacías de contenido que suele esgrimir la Jefa de Estado en sus discursos, contrasta seriamente con una realidad que le choca a la cara y le muestra lo que viven cientos de miles de argentinos a diario.
Chaco, la provincia alabada por la presidenta por su “crecimiento”, es el territorio del país con más alto nivel de analfabetismo, triplicando la tasa nacional, con casi un 6% de su población que no sabe leer ni escribir.
Los hospitales y escuelas públicas se caen a pedazos, pero Capitanich se mostró más preocupado en generar un nuevo estadio de fútbol, como el Estadio Centenario "Campeones del Mundo 1978-1986" perteneciente al Club Atlético Sarmiento, institución de la cual Capitanich es el presidente, que en paliar esta grave situación de infraestructura que sufre la provincia.
Datos no oficiales, remarcan que en la provincia donde el Indec dice que hay plena ocupación, sólo 34 de cada 100 personas está ocupada o busca trabajo, lo que deja como indicador que dos tercios de la población está desocupada o se queda en su cada sin hacer nada esperando por uno de los planes sociales que lanza el gobierno nacional o provincial.
Síntomas de una provincia cargada de disparidades sociales, donde los que menos tienen son la enorme mayoría, y los que más tienen una pequeña minoría que desde la gestión Capitanich, han logrado acaparar las pocas riquezas que quedan en el Chaco.