Las millonarias irregularidades de De Vido antes de dejar el poder

Política

06/02/2016 - 06:55hs

El exministro de Planificación Federal celebró sendos contratos políticos a través de Yacimientos Carboníferos Río Turbio, la minera santacruceña que se convirtió en una de las tantas promesas energéticas incumplidas por el kirchnerismo. La nueva administración encontró gastos injustificados por más de $80 millones

Apenas se levanta la alfombra, asoma la basura kirchnerista escondida en estos 12 años. Y así, aparecen negocios oscuros como los gestados a través de Yacimientos Carboníferos Río Turbio (YCRT), la empresa minera que el kirchnerismo buscó estatizar antes de retirarse del poder y una de las tantas promesas incumplidas de Cristina Kirchner.

Según detectaron las nuevas autoridades, la compañía, que durante la mal llamada década ganada manejó el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, gastó una fortuna millonaria en contratos y servicios que no eran para YCRT sino para gastos políticos; entre ellos, acuerdos con universidades nacionales, alquileres de viviendas que nadie ocupaba y que insumían más de $400 mil mensuales, gastos de más de $4 millones sólo en propaganda y publicidad, y líneas de celulares para gente ajena a la empresa.

“Encontramos gastos innecesarios y pagos astronómicos de alquileres, teléfonos y publicidad. Sospechosos gastos políticos financiados con fondos públicos fueron rápidamente identificados y cancelados”, sostuvo el nuevo interventor, Omar Zeidán, cuya primera medida fue terminar con ese despilfarro y logró un ahorro inicial de $80 millones: se finalizaron una serie de convenios con la Universidad Tecnológica Nacional denunciados por “falta de transparencia” y otros convenios con la Universidad de La Matanza.

Para Zeidán, estos contratos “servían a los funcionarios kirchneristas para digitar los gastos y destinar millones a contratos y servicios que no eran para YCRT sino para gastos políticos” y “disimulaban gastos innecesarios enmascarándolos como grandes medidas, amparados en la legitimidad que le otorgaban las universidades nacionales”.

Así, se detectaron 92 contratos por más de $21 millones entre el Ministerio de Planificación Federal y la Universidad de la Matanza.

“Eran convenios insólitos destinados a financiar amigos del gobierno, supuestos asesores, y periodistas que jamás estuvieron en La Cuenca y no tienen nada que ver con la empresa”, denunciaron los actuales interventores, que también hallaron doce acuerdos por $5 millones para “profesionales de la Universidad de Buenos Aires”.
Además, se suspendieron los contratos de 29 personas, todas relacionadas con el poder político provincial, que no se desempeñaban efectivamente en la empresa y se destinaba una partida de $3 millones para cubrir esos salarios.

Una vez más se pone en evidencia lo que anticipara Hoy en ediciones anteriores: que el kirchnerismo repartía fondos a discreción a las universidades aliadas a sus intereses, las cuales servían de cajas políticas para sus funcionarios.

YCRT es la responsable de generar 112.320 toneladas mensuales de carbón que demanda la Usina Térmica que costó unos 700 millones de dólares. Aunque nunca se logró cumplir con dicha cantidad  y desde el 30 de noviembre la única caldera que estaba en funcionamiento tuvo que apagarse por falta de carbón. La Usina ya no genera energía y la obra está detenida por los $800 millones en certificación de obra que dejó sin aprobar De Vido antes de abandonar el Ministerio que dirigió durante 12 años.

Más basura bajo la alfombra K

La irregularidades detectadas en Río Turbio se suman a otro episodio que el kirchnerismo ocultó en la misma zona y que tiene que ver con un accidente radiactivo ocurrido el pasado 27 de octubre en la usina termoeléctrica de esa localidad santacruceña, que afectó gravemente a dos operarios. La construcción de esta usina, que está bajo el mando de la empresa española Isolux Corsán, tuvo durante más de dos minutos a dos trabajadores bajo la exposición del elemento químico Iridio 129, altamente irritante e inflamable en el aire, y muy perjudicial para la salud.

Turbio como el río, el kirchnerismo ordenó no hablar del hecho “por estar en juego la supervivencia política” en el balotaje del pasado 22 de noviembre que, finalmente, perdió Daniel Scioli en manos del presidente Mauricio Macri.