24/03/2016 - 09:54hs
El nuevo intendente linqueño Salvador Serenal (Cambiemos) decidió abrirse al diálogo luego de que un grupo de ex trabajadoras municipales de la gestión Jorge Fernández (FPV) fueran despedidas y reclamaban ser escuchadas. El grupo de despedidos, 38 en total, instalaron carpas en la puerta misma del Municipio, durante casi un mes.
Pero un día antes del feriado, la sede del Ministerio de Trabajo al fin tuvo una reunión tripartita (ex empleados, la CGT de Junín y el Municipio) donde se labró un acta en la que el jefe Comunal quedaba comprometido a escucharlos el próximo jueves 31 del corriente. Anteriormente, hubo tres convocatorias en las que el intendente no apareció. Fue justamente "la falta de respeto" lo que más terminó desgastando a esas personas (mayoría mujeres) que veían pasar a los funcionarios y ni siquiera recibían un "buen día", según contaban en el grupo de cesanteadas.
En la última sesión del Concejo Deliberante se rechazó una iniciativa del PJ que buscaba la reincorporación ya que "los despidos obedecen a una persecución política ideológica". Pero sólo el justicialismo votó a favor. Las gradas enardecieron por pases de factura partidarios.
Según los dichos del nuevo mandatario en una conferencia, no iba a existir vuelta atrás: "En la transición, Fernández colocó en planta permanente a 180 en categoría 1 y 2, lo cual es ilegal y vergonzoso para los trabajadores de carrera. A otros no los conocían ni sus compañeros. Es un tema terminado". ¿Terminado...?