Los hoteles son una obsesión kirchnerista que mueve millones

Política

25/03/2014 - 06:01hs

El rubro favorece el lavado de dinero, en el que está vinculado el empresario Lázaro Báez con fondos de la obra pública. Se suman otros personajes del entorno presidencial al negocio 

La familia Kirchner, que gobierna el país desde hace más de diez años, coincide con funcionarios y empresarios de su entorno en el negocio hotelero.  No sólo el matrimonio presidencial de Cristina y Néstor Kirchner destinó millonarias inversiones a levantar hoteles de lujo en la Patagonia como el Alto Calafate, Las Dunas y Los Sauces. También invirtieron en el rubro los sospechados Lázaro Báez , Cristóbal López y, posiblemente, Rudy Ulloa.

La obsesión por invertir en lujosos hoteles también alcanza a personajes cercanos al entorno presidencial como Osvaldo Sanfelice, socio del hijo de la Presidenta, Máximo Kirchner , además de Fabián Gutiérrez, ex secretario privado de Cristina Kirchner, y a Raúl Copetti, ex tesorero de las campañas electorales del kirchnerismo.

Debilidad hotelera

Además de los negocios con los hoteles de los Kirchner, Báez impulsa dos hoteles en la Patagonia: el Bahía Calafate y la hostería Petrel en Tierra del Fuego. El primero continúa cerrado después de que el ex empleado del Banco de Santa Cruz destinó millones durante 2010 para su supuesto "posicionamiento y comercialización" e infló así los ingresos de la gerenciadora Valle Mitre.

El segundo proyecto de Báez, a través de la firma Proyect One SA., no se inauguró a pesar de que le destinó inversiones millonarias y en 2009 acumuló una denuncia ante la unidad antilavado (UIF) del entonces presidente del Instituto Fueguino de Turismo, Pablo Pfur, por presuntas irregularidades detectadas en la licitación.

En “el lugar en el mundo de la presidenta”, El Calafate, el amigo de los Kirchner y tesorero histórico del Frente para la Victoria, Raúl Copetti, construyó su hotel, Imago, valuado en cerca de US$ 5 millones. Otro empresario al que se le adjudican hoteles es Rudy Ulloa, amigo cercano de Néstor Kirchner. 

Lejos de El Calafate, a nueve cuadras de la Casa Rosada, otro hotel sospechoso vincula a los Kirchner con Báez, a través del el socio de Máximo en la firma Negocios Inmobiliarios SA, Eduardo Sanfelice. Tras pagar varios millones de dólares el socio del hijo de la presidenta desembarcó en el hotel Waldorf. El "Bochi" Sanfelice, muy cercano al entorno presidencial, también figura desde noviembre de 2008 como director titular en Hotesur, la sociedad anónima con que los Kirchner controlan el hotel Alto Calafate. Ese mismo año se inscribió también como socio del "zar del juego K", Cristóbal López, quien a su vez controla varios hoteles de lujo. 

Lavado cinco estrellas

El negocio hotelero, que experimentó un inusual crecimiento en la última década en el país, es considerado una de las actividades más propicias para el lavado de dinero. Precisamente, los hoteles de los Kirchner aparecen vinculados en investigaciones de operaciones fraudulentas llevadas a cabo por los empresarios cercanos al gobierno.

Ocho empresas de Lázaro Báez, más una financiera de Ernesto Clarens (vinculado al empresario más beneficiado con obra pública en los gobiernos K), garantizaron el pago al hotel Alto Calafate de más de mil habitaciones todos los meses, por lo que la familia presidencial recaudó por lo menos $ 11 millones entre 2010 y 2011, aunque no usaran esas reservas.

 Al Alto Calafate se suma la hostería Las Dunas que, luego de que se reveló que Báez pagó $ 3,2 millones por su "alquiler", como figura en los registros contables del empresario, la propia Casa Rosada reveló que pertenece a los Kirchner. 

A diferencia de los dos anteriores hoteles, que administraba Báez (hasta que estalló el escándalo del valijero Leonardo Fariña) el tercer hotel presidencial, Los Sauces, es administrado por la familia Relats, que paga US$ 105.000 por mes.