Ayer, el ministro de Defensa, Arturo Puricelli, reconoció que se le va a caer “la cara de vergüenza” ante la Presidenta por el hundimiento del buque insignia que fue parte de la Guerra de Malvinas. La defensa nacional, en su hora más triste.
24/01/2013 - 00:55hs
La falta de escrúpulos del Gobierno K ante el completo estado de abandono del sistema de defensa nacional no tiene límite. Ayer, un verdadero impresentable, como es el ministro de Defensa, Arturo Puricelli, reconoció que se le va a caer “la cara de vergüenza” cuando la presidenta Cristina Fernández le pregunte cómo se hundió el buque Santísima Trinidad en la Base Naval de Puerto Belgrano.
Sin embargo, lo más lamentable es que el mismo Puricelli, en sus declaraciones a la prensa, delegó responsabilidades a la Armada, a sabiendas de que las verdaderas culpables del triste episodio son las principales autoridades nacionales, encargadas de llevar a cabo en los escritorios las siniestras políticas de desmantelamiento y destrucción del Ejército, la Armada y las Fuerzas Aéreas.
“Si tenían una guardia mínima, debieron arbitrar las medidas para que no pase lo que pasó”, dijo el funcionario kirchnerista sobre los hombres de la Armada que tenían a su cargo la vigilancia del buque.
Asimismo, volvió a insistir en la insólita y canallesca teoría “de un atentado”.
Y hasta mencionó, sin presentar ningún tipo de prueba, que un desconocido pudo “abrir la válvula para producir un naufragio en cuestión de horas” en el Santísima Trinidad, “justo cuando la Presidenta está culminando una exitosa gira por el exterior”.
A fin de cuentas, las poco felices actitudes del titular de la cartera de Defensa no hacen más que dejar en evidencia el mal que azota al kirchnerismo en estos tiempos: la negación de toda realidad que asoma como adversa y la ausencia de una estrategia clara para cambiar el rumbo a tiempo.
En este sentido, mientras las vecinas naciones continúan poniendo el foco en el desarrollo de las fuerzas de defensa -sobre todo en las fronteras-, en la Argentina K prefieren hacer oídos sordos y cargar las tintas en culpas ajenas, al tiempo que el patrimonio nacional se torna cada vez más vulnerable.
Una clara muestra de ello son los territorios de la Antártida y las islas Malvinas que corresponden a nuestra nación y son objeto de deseo de potencias como Inglaterra (ver aparte), que además siguen usurpando los recursos naturales en varios puntos del país con el permiso de los K.
Las diferencias son notables respecto a los que sucede en países como Brasil. Mientras por la desidia de sus gobernantes a la Argentina se le hunde un histórico buque de guerra (que cumplió una destacada labor en Malvinas), el gobierno de Dilma Rouseff, una exguerrillera que fue perseguida por la última dictadura brasileña, lleva adelante un ambicioso plan de reequipamiento de sus fuerzas armadas, que incluye la construcción -en astilleros de ese país- de tres submarinos nucleares para garantizar la defensa de las reservas gigantes de petróleo que tiene en el mar, ante la amenaza de “agresores potenciales”.
El plan incluye, además, la construcción de 20 submarinos convencionales, lo que llevará a que la Armada del vecino país tenga la mayor fuerza de disuasión de América del Sur.
Desmintieron a Puricelli Por otra parte, el presidente del Centro de Excombatientes de Rosario, Rubén Rada, reveló en las últimas horas un dato que contradice la información que dio el ministro de Defensa sobre el destino del buque que actuó en la guerra de Malvinas.
Según explicó Rada, la Armada tenía previsto regalarle a la ciudad santafesina el ARA Santísima Trinidad, desmintiendo así las palabras de Puricelli, quien había manifestado que al buque no le hacían tareas de mantenimiento porque estaba listo para “ir a desguace”.
“El almirante -Carlos Alberto Pazme explicó que así como Buenos Aires tenía la Fragata Sarmiento, nosotros podíamos tener el buque. Antes de que pase a desguace, te lo entrego, me dijo”, afirmó el excombatiente.
Solanas: “Son declaraciones lamentables”
El diputado de Proyecto Sur por la Ciudad de Buenos Aires, Fernando “Pino” Solanas, sostuvo ayer que las “declaraciones y justificaciones” del ministro de Defensa, Arturo Puricelli, “son lamentables” y le reprochó que “debería caérsele la cara de vergüenza porque somos el hazme reír de todo el mundo, ya que se nos hunde la Marina de guerra en nuestro principal puerto”.
A su vez, vinculó el hecho con otros sucesos como “la Fragata Libertad retenida en Ghana” o “la corbeta Espora varada 78 días en Sudáfrica” que, según denunció, “muestran la desidia e irresponsabilidad de la conducción de la Defensa”.
Tildan al hecho de “vergüenza nacional”
El secretario General del Partido Socialista Auténtico, Mario Mazzitelli, aseguró ayer que al ministro de Defensa, Arturo Puricelli, “la cara se le tiene que caer de vergüenza, debe renunciar”.
“La foto de hoy del destructor casi hundido nos golpea a todos, es una vergüenza nacional”, indicó Mazzitelli, y agregó que “Argentina no puede mantener a flote sus barcos, ni siquiera en tiempos de paz”.
Por último, el secretario parlamentario del bloque Proyecto Sur en el Congreso Nacional apuntó que el buque insignia se hunde “no en una acción de guerra, sino por desidia, inoperancia e irresponsabilidad”.