Macri y Rajoy: “Dos amantes” que se reencuentran

Luego de insistir en la supuesta “angustia” que sentimos los argentinos al independizarnos de España, en 1816, y de afirmar que las relaciones entre ambos países “son como las de dos amantes que se han vuelto a encontrar”, el Presidente Mauricio Macri recibió anoche la visita de su par español, Mariano Rajoy, quien estará dos días en la Argentina

Tarda en llegar, pero al final hay recompensa. Habrá que ver a qué costos. Lo cierto es que, luego de insistir en la supuesta “angustia” que sentimos los argentinos al independizarnos de España, en 1816, y de afirmar que las relaciones entre ambos países “son como las de dos amantes que se han vuelto a encontrar”, el Presidente Mauricio Macri recibió anoche la visita de su par español, Mariano Rajoy, quien estará dos días en la Argentina.

La retórica macrista recuerda a las relaciones carnales con Estados Unidos de las que se jactaba el menemismo y el grado de peligrosa amistad es tal que Rajoy llega con un regalo por demás simbólico para el jefe de Estado: el otorgamiento de la ciudadanía española para su mamá, Alicia Blanco Villegas.

Previo a la visita, el Gobierno ya apuró algunas concesiones: por ejemplo, el proyecto de ley enviado por el Ejecutivo para habilitar a las empresas de telecomunicaciones, entre ellas Telefónica de España, a brindar televisión satelital.

Rajoy llega acompañado de unos 60 empresarios y antes de su arribo le hizo saber a Macri su malestar por la semiestatización de YPF, controlada hasta 2012 por la empresa ibérica Repsol, que recibió una indemnización por 10.000 millones de dólares. Ya en tiempos del kirchnerismo, la petrolera nacional firmaba acuerdos secretos y sin control con firmas extranjeras. Mientras que al día de hoy, el 49% de la compañía continúa en manos internacionales. Pero Rajoy pone el grito en el cielo y Macri lo escucha.

De España también es el grupo Marsans, al que en diciembre de 2008 se le expropió Aerolíneas Argentinas en una maniobra que tampoco quedó del todo clara y por la que el Estado fue condenado a pagar 320 millones de dólares en concepto de indemnización. La estatización, que en rigor nunca se consumó, le ha significado al país pérdidas millonarias, mientras que la situación se agrava si se advierte que el Gobierno actual abrió el juego para el ingreso de las low cost, que le disputan el cielo y quitan competitividad a Aerolíneas.

Es de esperar que Rajoy, junto a su tropa de empresarios, aticen también el fuego de los negocios aeronáuticos. No le costará demasiado convencer al enamorado Macri, quien en estos días reconoció que el nivel de afecto que recibió en su visita a España “fue tanto” que hasta dudó en quedarse “ahí, a vivir para siempre”.