19/08/2015 - 06:04hs
Fiel a las mentiras que suele divulgar, el Indec afirma que en las tierras de Jorge Capitanich hay pleno empleo y la pobreza casi no existe. Las fábulas de un relato que hace agua por todos lados
El discurso kirchnerista suele enarbolar que la Argentina vive casi idílicamente en una de las películas de Disney, rodeado de un cuento de hadas, donde la pobreza, el hambre, la miseria, la desocupación y la corrupción no existen, y sólo florece la alegría, la solidaridad y la generosidad.
La negación de la realidad es una de las características esenciales que ha asumido el oficialismo a lo largo de la mal llamada década ganada, de ahí que ayer el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), haya salido a manifestar impunemente que en la provincia del Chaco existe el pleno empleo, con una tasa de desocupación que sólo asciende al 0,6%.
La distorsión del organismo público es tan grande, que no ha tenido empacho en computar como empleados a tiempo completo y que gozan de un trabajo digno, a los beneficiarios de planes sociales, lo que deja en evidencia la falsedad de unos números que ni hasta los más extremistas militantes kirchneristas creen.
Es así que el Indec centró su estudio en el Chaco en el Gran Resistencia, donde de una población de 409.000 habitantes, se calcula que 122.000 participaron de la jornada laboral completa, pero si en realidad se hubieran tomado los datos promedios del país, los expertos aseguran que la tasa de empleo real sería mucho menor y que la tasa de desocupación en la zona se acercaría al 33%, algo que el cuestionado organismo niega a ultranza.
Números que asustan
Hoy, más que nunca, en nuestro país las ideas parecen haber quedado afuera de la alocución política, dando paso a un discurso vacío de contenido. Es tan burda la mentira oficial, que sin escrúpulos han salido a expresar que en las tierras de Jorge Capitanich apenas llega al 1 por ciento, cuando el Chaco es una tierra donde lo que abunda es el hambre y la pobreza.
El plácido paraíso K, es uno de los territorios nacionales donde la desnutrición mata a cientos de chicos al año, y donde las enfermedades típicas de la pobreza, como el Mal de Chagas, hace estragos en los sectores más desprotegidos.
Basta nombrar un informe del Centro Mandela, que indica que sólo en el Impenetrable Chaqueño, esa enorme región de más de 40.000 kilómetros cuadrados, el 90% de las viviendas está infestada de vinchucas, y que esto se debe más que nada a la deficiente atención sanitaria brindad por el Estado provincial y nacional, que ha hecho un pésimo pronóstico de la situación, convirtiendo la misma en algo casi endémico.
La desigualdad en territorio chaqueño es tan grande, que según diversos estudios privados, sólo 34 de cada 100 personas está realmente ocupada o busca conscientemente trabajo, lo que marca que dos tercios de sus habitantes están desocupados o se quedan en su casa sin salir a buscar una ocupación remunerada.
El fin de ciclo K se acerca cada día más, y la maleabilidad del discurso oficial es tan grande, que no teme en hacer estos papelones que sumergen a la política argentina en el peor de los pantanos, donde la credibilidad queda al margen y gana terreno el desvarío y la incoherencia.