El presidente Mauricio Macri mantuvo ayer una serie de reuniones con el foco puesto en el ajuste que impulsa a instancias del Fondo Monetario Internacional (FMI)
19/06/2018 - 07:00hs
El presidente Mauricio Macri mantuvo ayer una serie de reuniones con el foco puesto en el ajuste que impulsa a instancias del Fondo Monetario Internacional (FMI). La renovación, como ya se dijo, no implica un plan económico estratégico ni un nuevo de rumbo, sino, apenas, cambios de nombres para maquillar la desgastada imagen de la gestión.
En este marco, pasaron por la Casa Rosada los ahora exministros Juan José Aranguren (Energía) y Francisco Cabrera (Producción) y sus sucesores Javier Iguacel y Dante Sica, respectivamente.
Pudo verse, además, ministros como Marcos Peña o Nicolás Dujovne, quien se ilusionó con un Presidente “reelecto”.
También, llegaron hasta Balcarce 50 los “cesudos” integrantes de la mesa chica Pro, entre ellos la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal; el jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta; el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó y el ministro del Interior, Rogelio Frigerio. Desde esta mesa del Gobierno, incluso, aseguraron que se prevén más cambios en el Gabinete, aunque en el Ejecutivo todavía lo niegan.
Pero fue otro encuentro el que generó más ruido: el almuerzo que el Presidente mantuvo con el titular de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Ricardo Lorenzetti, quien habría adelantado que no tiene intenciones de renovar la presidencia del máximo tribunal. Rápidamente, fuentes gubernamentales se apuraron a desmentir la versión, pero el rumor ya había quedado instalado en el aire espeso de la Rosada y no tardó en expandirse.