Nepotismo K: Alicia nombró a su hija en fiscalía que debe controlarla

Política

15/02/2016 - 06:13hs

Se trata de Romina Mercado, presidenta de la cuestionada firma Hotesur. Desde su nuevo cargo, podría garantizarle impunidad a la gobernadora de Santa Cruz

Durante los doce años de su gobierno, los Kirchner transformaron el Estado en una gran casa familiar, donde, antes que la idoneidad y el currículum vitae, se privilegiaron los lazos, el afecto, la pertenencia al clan. Fue una era en la que los fondos de los argentinos se utilizaron para rentar a unos pocos. 

Tras ese antecedente, ya no sorprende que la gobernadora de Santa Cruz y exministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, haya nombrado a su hija, Romina Mercado, en una fiscalía que debe velar por el control de la provincia.

A fines de 2015, Alicia designó, por el Decreto N° 0045, a Mercado como miembro del cuerpo de abogados de la Fiscalía de Estado provincial, en el cargo de Procurador Letrado (Nivel Dirección).

Se trata de un nuevo premio para la hija de la hermana de Néstor, que también es presidenta de Hotesur, la cuestionada empresa hotelera con la que los Kirchner, junto a amigos del poder como Lázaro Báez y Cristóbal López, habrían lavado dinero. Es tal la afinidad que Mercado mantiene con su tía Cristina que continúa al frente del negocio hotelero, pese a que en los últimos días cambió el directorio de la firma que otrora investigara el juez Claudio Bonadio, apartado de la causa por pedido de la mismísima sobrina de la expresidenta. En familia, favor con favor se paga.

No obstante, el nombramiento de Mercado en la fiscalía que debe controlar a su madre es parte de una regla, y no una excepción, de la era K. 

Sin ir más lejos, la propia Alicia nombró como ministra de Salud de su gobierno a Rocío García, esposa de Máximo Kirchner, quien le hizo un lugar en el Senado de la Nación a su cuñada, la camporista Virginia García.

Pero  el nepotismo kirchnerista ha tenido sus emblemas y, quizá, el más polémico haya sido la desinación de la inexperta hija del exministro de Defensa, Agustín Rossi, como directora del Banco Nación, quien, tras el escándalo, se vio obligada a renunciar. Como Delfina Rossi, los Kirchner, los De Vido, los Randazzo, los Larroque, los Rossi, los Zannini, los Timerman, los Parrilli, los Vanoli, los Giorgi, los Echegaray y los De Pedro, entre más, inundaron el Estado con hijos, hermanos o parejas. 

Pero también con amigos, militantes rentados de La Cámpora y otras agrupaciones K que profundizaron el “ñoquismo” en distintas dependencias públicas. Y, por supuesto, con fiscales y jueces capaces de garantizar impunidad.

En este contexto se enmarca la llegada de Mercado a la fiscalía que debe controlar la gestión de Alicia, en una treta similar a la que encontró Cristina cuando propuso al multidenunciado extitular de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), Ricardo Echegaray, al frente de la Auditoría General de la Nación (AGN). 

Como se ve, la impunidad los seduce. 

“Víctima” de la herencia familiar

Alicia Kirchner llora por la herencia que le dejaron los gobiernos de su hermano y su cuñada, que también fueron los suyos. La exministra de Desarrollo Social lamenta la situación que le toca enfrentar como gobernadora de Santa Cruz, una provincia en rojo y en estado crítico, sobre todo desde los 1800 despidos decididos por el empresario más beneficiado por la obra pública K, Lázaro Báez.

Y lo hace sin ahorrar en hipocresía. Acostumbrada a los años de discrecionalidad K, en las últimas horas, a través de una carta, le exigió al gobierno de Mauricio Macri una “actitud federalista, una asistencia igualitaria a todas las provincias sea cual fuere el color político en el cual la población haya depositado la responsabilidad de la gestión” y reclamó un salvataje de $600 millones.

Sin embargo, la gobernadora omitió mencionar que mientras su familia estuvo en el poder, su provincia fue la más privilegiada, en desmedro del resto del país. Mal que le pese, la moneda ya no cae de su lado.