Otro aumento en las naftas: combustible para una inflación sin fin

Lo anticipamos la semana pasada. Entre los muchos aumentos de agosto, se preveía un nuevo incremento en las naftas, y comenzó a regir ayer. Un mes después de la última suba, YPF volvió a subir el precio de sus combustibles en todo el país. 

En la región, desde ayer el litro de súper ya cuesta $30,09, cuando antes costaba  $ 28,79. En tanto que la Premium pasó de $34,22 a $36,22. El incremento ronda el 6%.

Para el caso del gasoil, el valor pasó de $ 25 a $ 27,85 y el gasoil Premium, de $ 28 a $ 31,71.

Es de esperar que desde hoy el resto de las petroleras se pleguen a las subas. La espiral inflacionaria no se detiene y, al afectar a los combustibles, se sabe, tracciona sobre el resto de los precios de la góndola. A comienzos de julio, YPF aplicó un aumento del 5% y 8% a las naftas súper y premium respectivamente y pocos días después agregó otra suba del 1%. Antes del aumento de ayer, las naftas habían aumentado entre un 22% y un 27% en lo que va del año. Ahora, el acumulado supera en algunos casos el 30%, y se espera que el alza continúe: pues, el Gobierno liberó el mercado, y las petroleras consideran que, producto de la devaluación y la suba en el costo del barril de petróleo, sus precios de venta al consumidro todavía están un 20% atrasados.

Frente a este panorama, y a la espera de nuevos ajustes en los surtidores, refinadoras y despachantes limitan la provisión de combustibles, por es que en no pocas estaciones de servicio comienza a registrarse faltante. La escasez, argumentan en el sector, se solucionará cuando se aplique el 20% de incremento restante.  

En esa puja, sin regulación del Estado mediante, los consumidores quedan a merced, atrapados en una telaraña inflacionaria cada vez más enmarañada y de salida casi imposible.