13/12/2016 - 02:06hs
El “valijero” declaró como testigo ante el fiscal Álvaro Garganta y dijo que el exgobernador bonaerense no permitió que el empresario kirchnerista santacruceño ingresara en el circuito de la obra pública en la Provincia. Les apuntó a autoridades de la Cámara Argentina de la Construcción, entre ellas Gustavo Weiss
El empresario Leonardo Fariña declaró ayer ante el fiscal platense Álvaro Garganta que Lázaro Báez, el empresario de Santa Cruz para quien trabajó, nunca pudo ingresar en la licitación de la obra pública bonaerense porque Daniel Scioli no se lo permitió.
Fariña fue entrevistado por Garganta en la sede de la Procuración, ubicada en calle 54 entre 6 y 7, en el marco de la investigación por la supuesta administración fraudulenta del exjefe de Gabinete de la Provincia, Alberto Pérez, a raíz de la presunta utilización de facturas truchas para justificar gastos.
El exesposo de Karina Jelinek tenía puesta una tobillera electrónica y declaró por más de dos horas como testigo por pedido de la diputada Elisa Carrió, denunciante en la causa. Fariña ya había declarado en la investigación que se sigue contra Báez por presunto lavado de dinero.
En su declaración, Fariña negó haber dicho alguna vez que el extitular de Aguas Bonaerenses Sociedad Anónima (ABSA), Guillermo Scarcella, era “testaferro” del exgobernador Scioli, al señalar que eso no le “consta”.
Entre los aspectos más destacables, Fariña explicó que el manejo de la obra pública lo tenía el exgobernador junto al exministro de Planificación Federal, Julio de Vido, y la Cámara Argentina de la Construcción (CAC).
Además, Fariña pidió que se investigue a los titulares de la CAC, entre ellos a Carlos Wagner y Gustavo Weiss, dueño de la empresa Eleprint SA.
Respecto a Weiss y su firma, diario Hoy ya denunció que este empresario recibió millonarias sumas de dinero por parte de De Vido por hacer obras en Berazategui. Weiss fue acusado de aplicar sobreprecios y sobrefacturaciones, y de quedarse con negocios por más de $400 millones.
Con relación a las autoridades de la CAC, el “valijero” sostuvo: “Se armaban las licitaciones: se organizaba quién se las iba a adjudicar y se diagramaban las subcomisiones o camaritas. Se armaba el club de la obra pública en la Cámara de la Construcción de 7 y 54 de La Plata. Esos clubes se armaron entre los años 2010 y 2011 y el mayor peso lo tenía el entonces presidente de la CAC, Carlos Wagner. Para que este fuera presidente de la Cámara se cambió hasta el estatuto, porque Wagner solo tenía una pyme y eso lo imposibilitaba. En paralelo, se modificó la ley de obra pública 13.064, donde se reemplaza el acopio de materiales por el anticipo financiero. El club lo armaba Wagner y luego lo reemplazó Weiss. El enojo de Báez se debía a que no podía entrar en la obra de la Provincia y no podía salir de las provincias de Santa Cruz y de Chubut, aunque luego se le abrió Chaco”.
“El club de la obra pública”
Asimismo, Fariña denunció que “en el club de la obra pública se ponían de acuerdo ciertas cantidades de empresas, ya sabiendo quién iba a ser adjudicatario, y cuatro ofertaban por encima de la quinta, que iba a ser la ganadora”.
El exfinancista y testigo protegido afirmó que la obra pública en la Provincia se “cartelizó” y la adjudicación supuestamente irregular era manejada por De Vido y la CAC.
En otro orden dijo: “En la city porteña se puede comprobar la irregularidad en la obra pública en la Provincia, dado que existen cooperativas, mutuales, cerealeras y recaudadoras a las que el Banco Provincia dotaba de cuentas exentas, las cuales se utilizaban para el descuento de valores en negro”.
A continuación, Fariña se pronunció en la misma dirección: “En concreto, la empresa que obtenía la obra pública luego entregaba cheques a cooperativas y mutuales, que eran cobrados por las mismas en efectivo, y más adelante le daban el dinero a quien le había dado el cheque. Esto va en contra de toda norma bancaria y el dinero terminaba en funcionarios y la Cámara Argentina de la Construcción”.
Cabe mencionar que Fariña presentó un escrito y luego se dedicó a contestar preguntas.
Un “arrepentido” que sabe de lo que habla
Leonardo Fariña fue excarcelado en abril pasado por decisión de la Justicia Federal, luego de haber estado detenido durante dos años en una causa por evasión fiscal, y actualmente se encuentra bajo el Programa Nacional de Protección de Testigos e Imputados por la información aportada en la causa por presunto lavado de dinero en la que se encuentra detenido el empresario santacruceño Lázaro Báez.
Por ese motivo, Fariña fue llevado ayer a prestar declaración testimonial ante el fiscal Álvaro Garganta por agentes del Servicio Penitenciario Federal, quienes lo trasladaron hasta la oficina de calle 54 entre 6 y 7, lugar al que ingresó acompañado por dos custodios.
Hace ocho meses, las declaraciones de Fariña sirvieron a la Justicia Federal para recolectar elementos importantes a los fines de desentrañar los manejos corruptos de las licitaciones de la obra pública durante el gobierno de Cristina Kirchner.