14/04/2014 - 06:00hs
El secretario de Comercio Interior, Augusto Costa, aseguró que “la situación es mucho más estable”. Pero la realidad muestra lo contrario: los aumentos en alimentos, medicamentos y servicios públicos continúan desgastando las economías familiares
El Gobierno parece estar empecinado en hacer chistes de mal gusto, burlándose de aquellos que a duras penas pueden afrontar las cuentas de fin de mes, haciendo malabares con los magros sueldos carcomidos por la inflación.
La nota ayer la dio el secretario de Comercio Interior, Augusto Costa -mano derecha del polémico ministro de Economía, Axel Kicillof- quien habló de “una clara tendencia a la desaceleración” de los precios, aún cuando la realidad cotidiana marca lo contrario.
“Nuestros relevamientos de precios de toda la economía muestran que existe una clara tendencia a la desaceleración, y en general la situación es mucho más estable”, fue el insólito cuadro de situación que presentó Costa.
Además, el funcionario kirchnerista doblegó la apuesta y destacó que “más allá de subas puntuales en marzo, como servicios educativos, prepagas y combustibles, en el resto de los precios vimos una desaceleración clara; nos enteraremos el martes cuánto de todo eso se va a ver reflejado en el indicador. Espero que lo capte”.
Por último, dejó entrever lo que, sin lugar a dudas, sonó más a expresión de deseo que a otra cosa: “Vamos a intervenir en situaciones donde veamos que haya traslado injustificado a precios, tanto para los productos del acuerdo como para los que no están en precios cuidados”, advirtió Costa, pese a que, hasta la fecha, los controles impulsados por el Gobierno poco pudieron hacer para cambiar definitivamente el panorama.
Los K y su mundo paralelo
No es la primera vez que al Gobierno se le pasa por alto la realidad de muchas familias argentinas que apenas pueden llenar la canasta básica. En anteriores ocasiones, los máximos referentes kirchneristas hablaron de estabilidad en los valores y de precios acordes a la coyuntura nacional, pero también hicieron la vista gorda con lo que ocurría en las góndolas tradicionales.
Basta con ver los últimos relevamientos de la ONG Consumidores Libres para dar cuenta de que en Casa Rosada viven en un mundo paralelo. Sólo en el último mes de marzo, la canasta de 38 productos de consumo básico arrojó un aumento del 3,21%.
Para colmo, en vísperas de Semana Santa, quienes quieran celebrar en familia deberán hacer un importante esfuerzo en lo económico: la misma entidad de defensa de los consumidores certificó que la llamada “Canasta de Pascuas” experimentó un aumento del 43,19% respecto del año anterior, siendo el filet de abadejo (73,08%); el huevo de chocolate de 65 gramos (75%); o la rosca de Pascua (80%) los productos que más se encarecieron.
Asimismo, el horizonte sigue complicado en lo que atañe a los incrementos en las tarifas de los servicios públicos o en rubros como la salud, en donde los medicamentos registraron alzas de entre el 6% y el 135%. En ambos casos, el sector que resultó ser el más afectado fue el de los jubilados que, con el mísero aumento del 11,31% dispuesto por el Gobierno, no pueden tampoco costear la Canasta Básica de la Tercera Edad (de entre 4.885 y 5.300 pesos, aproximadamente).