11/08/2015 - 06:12hs
En Italia, descubrieron 50 kilos de cocaína en un barco que había salido desde Mar del Plata. Se trataría sólo de una pequeña parte del tráfico ilegal de estupefacientes que se realiza periódicamente desde nuestro país. La complicidad de la Aduana y de Ricardo Echegaray
Una vez se confirmó lo que viene siendo denunciando, desde hace meses, en las páginas del diario Hoy: la estrecha relación entre el narcotráfico y quienes actualmente están a cargo de la Aduana, un organismo que forma parte de la AFIP que debería dedicarse a combatir y prevenir este flagelo. Hay pruebas concretas que muestran como, en los últimos años, las principales autoridades de esta repartición han sido absolutamente funcionales –por acción u omisión- a los mercaderes de la muerte.
El nuevo capítulo de esta historia de terror se conoció ayer cuando se informó que la policía de Italia secuestró 49 kilos de cocaína pura en un barco de cargas que amarró en un puerto de la ciudad de Reggio Calabria. La nave provenía de la ciudad de Mar del Plata, cuyo puerto se ha convertido en uno de los principales centros para la exportación ilegal de estupefacientes a gran escala. En rigor, el hallazgo representaría solo una pequeña parte de los cargamentos de droga que, diariamente, salen desde la Argentina.
Fuentes oficiales dijeron que supuestamente los agentes de la Dirección General de Aduanas en Mar del Plata escanearon el contenedor, antes de que el buque zarpara. Pero llamativamente también informaron no haber detectado ningún cargamento de estupefacientes en su interior. Por eso, como forma de deslindar responsabilidades, desde la Aduana intentaron desligarse de lo sucedido diciendo que los casi 50 kilos droga habían sido embarcados durante el periplo en el mar, desde otro barco.
La realidad es que la versión oficial no cierra por ningún lado. Los italianos encontraron la cocaína en un contenedor que transportaba calamares congelados y habían sido fletados en Mar del Plata. La carga iba destinada a la venta en la península, pudiendo alcanzar un precio total superior a los 10 millones de euros a través de la venta al menudeo, según afirmó el fiscal italiano Federico Cafiero De Raho. Cabe destacar que el pescado permite esconder el olor de la cocaína y de otros estupefacientes para no ser detectados.
El barco amarró en el puerto del municipio calabrés de Gioia Tauro, el cual, según las autoridades, se encontraría en gran parte bajo la influencia de la "ndrangheta", rama de la mafia italiana en Calabria. La "ndrangheta" es una organización que, si bien no es tan conocida internacionalmente como la Cosa Nostra, se ha constituido en uno de los entes criminales más poderosos de Italia en las últimas décadas. Estimaciones de años recientes indicaron que manejaría ingresos anuales por casi 60 mil millones de dólares.
Un dato llamativo es que en la Argentina fue detenido tiempo atrás Pantaleone Mancuso, señalado como uno de los jefes de esa organización mafiosa.
Un puerto en la mira
“El puerto de Mar del Plata es un punto crítico. Hay casos detectados de exportación de cocaína desde los años 80, como fue el famoso Operativo Langostino de 1988 cuando se incautaron 1200 kilos de cocaína en Estados Unidos que estaba escondidos en latas de anchoas trasportada por un barco argentino. Es decir, se sabe desde hace mucho tiempo lo que está ocurriendo en ese puerto y no se hace nada al respecto”, dijo a Hoy Claudio Izaguirre, titular de la Asociación Antidrogas Argentina.
Izaguirre también puso en duda la versión de la Aduana al afirmar que “cuando la droga se carga en ultramar, por lo general, se utilizan imanes para adherir el cargamento al casco del barco. Pero es irracional que un barco aparezca en el mar y luego se ponga el cargamento ilegal en los containers, porque de esa forma se entera toda la tripulación. Realmente lo que dice la Aduana no cierra por ningún lado”.
En ese sentido, el titular de la Asociación Antidrogas sostuvo que el escaneo de containers que se realiza desde la Aduana presenta numerosas irregularidades. “Los scanners son aparatos muy efectivos. El problema es que solo se escanean uno de cada 10 containers. Supuestamente es por un tema operativo, pero la realidad es que hay otros tipo de intereses para que no se controle”, remarcó.
Los manejos oscuros que se registran en la Aduana quizás puedan explicarse a partir de los antecedentes del funcionario que está cargo de esa repartición: Guillermo Michel, mano derecha del titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, que fue designado en marzo de este año pese a los nexos que tiene con una red de empresas fantasmas que se habrían utilizado para lavar millones de dólares provenientes del narcotráfico (ver parte). Teniendo en cuenta las denuncias que vinculan a Aníbal “la Morsa” Fernández con el triple crimen de General Rodríguez y con la mafia de la efedrina, todo indica que los intereses del narcotráfico penetran, profundamente, en numerosas estructuras que forman parte del gobierno nacional.
Nexos con la causa Carbón Blanco
Antes de ser designado en la Aduana, Guillermo Michel se desempeñaba como subdirector general de Coordinación Técnico Institucional de la AFIP. Es un funcionario que intervervino en la creación de numerosas sociedades comerciales que serían cáscaras vacías que podrían servir como plataforma para lavar dinero. También tendría vínculos con la ex SIDE, tal como denunció Elisa Carrió durante la sesión en la que se votó la nueva Ley de Inteligencia.
Michel estaría relacionado con Jorge Lambiris, un uruguayo amigo y socio de Echegaray que hace 15 años estuvo preso por piratería del asfalto y que actualmente se dedicaría a gestionar depósitos fiscales a través de testaferros. Nuestro diario tuvo acceso a registros de sociedades comerciales que echan luz sobre la relación. Por ejemplo, de la documentación analizada se desprende que la escribana Sara Celia Hurovich y la abogada Ana Cristina Palesa figuran en la conformación de las empresas L&L Mandatos y Negocios SRL y LW Logística y Carga SA que tienen a Lambiris como titular, y al mismo tiempo también intervienen en varias sociedades comerciales de Michel. A saber: AGE SA, Rapp Collins Worldwide SA, Panza Verde SA, Comercializadora de Combustibles del Litoral SA, Sandebus Inversiones SA, Riga Transporte SA, NP Fotografía, WM Zurich, La Barranca de Gualeguaychú SA, CAF Jauser SA, PNA SA, Inspire Group SA y Flechas de Los Andes SA. También intervienen en Baco Inversiones SA, una sociedad comercial que hasta el año 2010 tuvo como socios a Michel y al actual senador kirchnerista Pedro Guastavino, que es oriundo de Gualeguaychú al igual que el titular de la Aduana.
El accionar de la abogada Palesa también nos conduce a una red de empresas vinculadas con el narcotráfico. Concretamente, la letrada puso la firma en numerosas compañías integradas por Carlos Alberto Salvatore, otro abogado que actualmente está siendo enjuiciado en el marco de la causa “Carbón Blanco”. Está acusado por el contrabando de grandes cantidades de cocaína a Portugal, escondida en carbón vegetal. Las empresas de Salvatore, rubricadas por Palesa, son: Katrine SA, Sacasi SA, KA&SO SA, LC Producciones SRL, CS Entertainment SRL, Lugin SRL, Libres del Sud 2079 SA, NS Administraciones SA, Anisa SRL, Gral Paunero 2256 SA, Milenio Bienes Raíces, Pure Visión SA, Automotores Los Alpes SA, Saint Maxime SRL, Aristóbulo del Valle 2480 SA, Milenio Motors SA, Maipú 250 SA y Manos Digitales Animation Studio SA.