26/09/2013 - 06:18hs
La defensa que le hizo el Obispo de Morón a Grassi, al dudar de la culpabilidad del cura sentenciada por varios jueces, generó una profunda repulsión dentro de la Iglesia
Dentro de la Iglesia católica, algunas ovejas negras se resisten al cambio que impulsa el Papa Francisco, nuestro Papa Gaucho, en pos de poner nuevamente a esta bimilenaria institución junto a la gente.
Algunos de estos retrogradas se encuentran en el Obispado de Morón, desde donde comunicaron -oficialmente- que tienen “dudas acerca de la culpabilidad” del cura Julio César Grassi, condenado en distintas instancias judiciales por abuso a menores.
Eso no es todo. También anunciaron que se esperará a que haya “una sentencia firme” para decidir si le quita el estado sacerdotal.
Solamente personas que hayan sido cómplices de Grassi, o que tiene miedo a que el condenado sacerdote prenda el ventilador, pueden dudar de las contundentes pruebas que llevaron a que distintos jueces, en diferentes instancias (incluida la Suprema Corte bonaerense, máximo tribunal bonaerense), hayan dictaminado la culpabilidad de el extitular de la Fundación Felices los Niños, que deberá cumplir 15 años de prisión.
Actualmente, el titular del Obispado de Morón es monseñor Luis Guillermo Eichhorn, quien se encuentra en el cargo desde el 30 de noviembre de 2004. No es la primera vez que desde esta misma diócesis se defiende a l cura pedófilo ya que, oportunamente, desde este mismo Obispado se emitió una nota para que se le permita Grassi fijar domicilio a pocos metros de la fundación, donde se cometieron los abusos.
Cabe destacar que la postura del mencionado Obispo es minoritaria dentro de la Iglesia. El Papa Francisco no sólo dejó en claro que no tendrá ningún tipo de contemplaciones respecto a sacerdotes acusados de estos aberrantes delitos, sino que también hizo echar de Roma a un poderoso obispo norteamericano, sindicado por haber apañado una ola de abusos cometidos por curas pedófilos en EE.UU
Ayer, altas autoridades de la Iglesia confirmaron que Grassi está suspendido como sacerdote y no puede ejercer misa en público. Y que tendrá que enfrentarse un juicio canónico que consiste en que su congregación lo juzgue. En caso de que se lo encuentre culpable, perderá su condición de clérigo. Así lo explicó el rector de la Catedral Metropolitana, Alejandro Russo, quien se refirió al comunicado del Obispado que plantea dudas sobre la culpabilidad de Grassi. "'El primer párrafo en el que duda sobre el proceso es una defensa de Grassi'', se quejó.
En tanto, el capellán mayor del Servicio Penitenciario Bonaerense, Eduardo Lorenzo, quien también es el párroco de la Iglesia Inmaculada Madre de Dios de Gonnet, fue mucho más contundente. Y aseguró que “una persona que es culpable de lo que se lo acusa a Grassi, es un enfermo, un pervertido”.
“No se puede ser ciudadano del cielo y ser prófugo del mundo. Así como intentamos cumplir las leyes de Dios, (los sacerdotes) también tenemos la obligación de cumplir las leyes de los hombres porque Dios habita entre los hombres”, afirmó.
Lorenzo, quien presta servicios desde hace 23 años como capellán, aseguró que no es la primera vez que le toca asistir a un sacerdote preso y que estos casos le “duelen más”.
“Siempre me duele cuando hay gente detenida, pero cuando es un sacerdote un poco más porque soy cura, por la Iglesia y sobre todo por esta primavera que se llama Francisco”, concluyó.