Para todos, NADA: el fracaso de los planes K para frenar la inflación

Política

16/02/2014 - 07:01hs

Los programas que prometen productos “para todos” no impactaron en el consumo. La política de parches y sus consecuencias

Corría octubre del año 2011, Cristina se proclamaba “reina” por voto popular. Los papelitos caían sobre la hinchada K, que festejaba y ya pensaba en una presidenta eterna. Nadie lo imaginaba, pero faltaba poco para el comienzo de la debacle, el principio del fin del ciclo. Semanas después, el cepo al dólar desestabilizó los mercados financieros, los agujeros en las cuentas fiscales empezaron a notarse, y la escalada inflacionaria se instalaba, persistente, mes a mes, para no irse más de nuestra agenda de preocupaciones.  

“El 2013 fue el año en el que se notó un mayor incremento de la inflación. Por algo hace un año contamos con tres congelamientos de precios consecutivos. De febrero a julio, mil productos fueron “congelados” en los supermercados, después pasamos a los 500 productos del segundo acuerdo, y ahora tenemos estos `precios cuidados´”. En pocas palabras, Carolina Suarez, del Centro de Educación al Consumidor (CEC), relató a Hoy la estrategia kirchnerista para frenar la suba de precios. En su afán de síntesis, sin embargo, se pierde la improvización, la incoherencia, la falta de articulación entre las distintas políticas económicas que explican el fracaso. 

Se pierde a Guillermo Moreno y su patota entrando al Indec, al Mercado Central, a las consultoras. A manotazo limpio, resumen real de la política oficial: manotazos de ahogado. En ese contexto, y a partir de 2011 y 2012, comenzaron a implementarse los “Planes para todos”. Hubo variedad: desde “Milanesas para Todos” hasta merluza, pollo, carne, leche, televisores, ropa; siempre “para Todos”, aunque el que mejor resumiría esta estrategia es “Fruta para Todos”. “La verdad es que estos programas no han funcionado, han tenido un impacto insignificante”, comentó a Hoy Sandra González, presidenta de Adecua. Con ella coincidió Suarez: “La medida no es siquiera un paliativo. Si se hubiera dado con mayor asiduidad, o si hubiese tenido mayor presencia en todo el país, con productos de calidad, sería otra cosa”. 

Este fracaso fue, de hecho, lo que nos trajo hasta aquí: “No termina siendo una solución que un camión se establezca en un lugar y brinde productos específicos para determinado número de ciudadanos, no es la solución porque no cubre las expectativas de todos los argentinos que consumen carne, leche, o lo que sea. Ni siquiera de la mayoría. Por eso ahora vemos un fuerte incremento en los precios de la cadena de consumo, que esplotó este año”, reflexionó Carolina Suarez. 

Finalmente, la inflación estalló: 3,7% en enero y sigue subiendo: programas para pocos, para casi nadie. 

Leche “no apta para consumo”

Lácteos para Todos: tristemente famoso porque sólo días atrás, un camión fue incautado por agentes municipales en Olavarría. ¿El motivo? Los productos que iban a ser ofrecidos a “precios populares” habían perdido la cadena de frío y estaban en mal estado. “No apto para el consumo humano”. Con este programa, el gobierno llegó a ofrecer el litro de leche a dos pesos. Hoy está a $9,53 en una de los principales supermercados de La Plata. Tanto aumenta todo que ni con dulce de leche podemos cortar la amargura: a comienzos de 2013, el kilo del “invento argentino” se ofrecía a $2,99 los 400 gramos, únicamente en los camiones de espendio. Hoy, un pote de 500 gramos cuesta más de 11 pesos. 

Los cortes de carne, limitados

Carne para Todos: Fue el más reconocido y promocionado de los programas del gobierno, y el que más “relanzamientos” tuvo. Con el subsidio oficial, el kilo de asado llegó a estar, a comienzos de 2013, 10,50 pesos. Hoy, el mismo corte, y la misma cantidad, se consigue por $74, según el relevamiento que realizó nuestro diario por comercios de la región. 

Un dato más: antes, el Kg de bola de lomo era ofrecido a poco más de $14. Hoy, saltó a $69. El resultado es siempre el mismo: al tener un alcance limitado, todos los productos que se venden por fuera suben estrepitosamente sus precios. 

El salto de la merluza 

A partir de subsidios a comerciantes y productores, el gobierno lanzó “Merluza para Todos” en 2012, con varios relanzamientos. Durante la última campaña, el kilo  se ofrecía a 28 pesos. Hoy, menos de un año depsués de que finalice este acuerdo, el Kg. de merluza cuesta el doble: $55. 

Fruta oficialista

Seguimos con las comparaciones. Mientras los precios subsidiados del programa “Fruta para Todos” ofrecían la bolsa de tres kilos a un promedio de $10; hoy, sólo el Kg. de banana cuesta 11,90 pesos; el Kg. de manzana, $20; y el Kg. de durazno, $31,99. El mensaje del gobierno es claro: al que le gusta el durazno, “que se banque la peluza”.

LCD para pocos

Capítulo aparte merece el programa que pretendió llevar televisores a los jubilados de hasta 75 años. El precio no era lo tentador, sino la forma de pago: se ofrecían en hasta 60 cuotas, un plan de pagos ilógico en el actual contexto, donde las tarjetas dejaron de vender productos (sobre todo los electrodomésticos) a 12 cuotas, ante el alza inflacionaria y las dificultades de financiamiento. 

Así y todo, el programa tampoco funcionó: a pesar de su nombre, era restringido a los adultos mayores, e incluso tampoco llegó a ellos, pues la oferta de equipos resultó mínima y se esfumó en poco tiempo. 

Fútbol: de la pasión a la propaganda

Como una muestra de las prioridades de la gestión K, basta decir que el presupuesto nacional destinado a la lucha contra el narcotráfico sólo fue del 8% de los recursos que se asignó al programa Fútbol para Todos, utilizado para la propagando oficialista. 

Durante 2013, este plan tuvo una partida de 1.137 millones de pesos, mientras que la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y lucha contra el Narcotráfico (SEDRONAR) contó sólo con $ 90 millones. Esta comparación explica, en parte, cómo Argentina pasó de ser un país de paso para la droga, a un país de consumo y elaboración. 

Sin embargo, los resultados no han hecho recapacitar a Cristina Kirchner, pues, escándalo mediante por la nueva realización del FPT, en 2014 se prevé que la televisación de los partidos del fútbol argentino gastará 1.511 millones de pesos. Así, el gobierno gasta grandes sumas para concretar su idea de utilizar la gran pasión de los argentinos, con fines políticos partidarios.