31/05/2016 - 12:46hs
En el corredor atlántico cruzan los dedos para pasar un invierno más benevolente que las boletas del gas. Historia de vida de jubilados a los que no les pasa la red de gas natural y dependen de una calefacción a leña, que también es cada vez más costosa. El reclamo para extender obras y la realidad de Gasoductos sin suficiente potencia.
El italiano Rosario Priolo llegó de su añorado país a los 15 años y hoy con 79 sólo desea transitar la adultez mayor con su amada Luisa. Pero en su bienestar –sin lujos- hay un impedimento contra el que ya se rindió. El frío atlántico y los precios que en este contexto de tarifazos e inflación atentan contra la vida misma.
Esta es la historia cruda y no una simple hoja del Observatorio de la Deuda Social Argentina, que hizo la UCA señalando que “uno de cada cuatro jubilados no puede hacer frente a la situación económica”.
“Mis padres para calefaccionar la vivienda necesitan al menos de tres jubilaciones mínimas para comprar leña, ya que el gas natural todavía nos le ha tocado”, cuenta Antonio Priolo a diariohoy.net.
Si no fuera por la ayuda de los hijos, que separan los aguinaldos para asistirlos en comida y sobre todo en la calefacción de una Zona Fría durante varios meses, esa salamandra del living-comedor no podría funcionar todo el tiempo. Es que el quebracho tiene precios también disparatados: “los 1000 kilos están $2500 y para“pasar el invierno son necesarios más de 2000 kilos”, explicaron a nuestro diario.
Supervivencia
Sin red de gas, ni obras anunciadas, y con los billetes contados para la leña, otra opción en esta región es el gas envasado (tubos “súper gas”, que según se pudo saber están entre $700 y $900 cada uno). Pero ellos son usados con suma regulación para la cocina y el termo tanque.
El problema viene de hace muchos años, y la falta de una red extendida a todos los barrios, le complica mucho más a algunos. “A pesar de los aumentos, ojalá mis padres pudieran contar con el servicio, pero en el Municipio nos dicen que no van a hacer la extensión de la red de gas”, vuelven a contar indignados en la familia Priolo.
En diálogo con Hoy, el concejal radical del Partido de La Costa, Leandro Alonso, aseguró que “para extender la red se necesita permiso de Camuzzi, que lo está restringiendo porque el gasoducto que viene desde Las Armas para abastecer a Villa Gesell, Pinamar, La Costa y General Lavalle quedó chico, especialmente porque se habría efectuado una reforma desviando fluido también a Mar del Plata”.
Y la distribuidora Camuzzi no habilita a las subdistribuidoras de cada municipio porque no tiene la potencia suficiente, y no podrá hacer nuevas conexiones hasta tanto se haga un nuevo troncal (caño paralelo). Eso dependerá de cómo encaren las inversiones millonarias de las obras públicas tanto en Nación como en Provincia.
Mientras tanto, políticos de La Costa, Villa Gesell, Pinamar, General Madariaga y Lavalle están trabajando con pedidos al Ente Nacional Regulador del Gas (ENARGAS) para que se los recategorice como Zona Fría.
Don Rosario y doña Luisa, le ganaron al desarraigo tras la Segunda Guerra Mundial y décadas más tarde no quieren rendirse frente a la transición inflacionaria de un gobierno argentino.
Entre sus estrategias de supervivencia, aprendieron a no tener miedo de dejar alguna pieza de quebracho encendida durante la noche para que el linving-comedor no pierda la temperatura y que despertar cada día no sea un suplicio.