Entrevista exclusiva

Parto respetado: “Encontramos la voluntad política para articular con otros ministerios”

En diálogo con diario Hoy, Lucía Portos, subsecretaria de Políticas de Género y Diversidad de la Provincia, habló sobre la implementación de la guía del parto respetado para personas en situación de encierro, un trabajo que se gestó con varias áreas bonaerenses

Política

21/06/2022 - 00:00hs

El gobierno provincial presentó oficialmente la “Guía de Implementación del Parto Respetado en Contextos de Encierro”, una herramienta que se gestó con el trabajo conjunto de los ministerios bonaerenses de Mujeres, Políticas de Género y Diversidad; de Salud; y de Justicia y Derechos Humanos.

Diario Hoy habló al respecto con Lucía ­Portos, subsecretaria de Políticas de Género y Diversidad de la provincia de Buenos Aires.

—¿Cómo encaran el trabajo luego de la presentación de la guía de parto respetado?

—Es un trabajo que se desprende de la adhesión a la Ley Nacional de Parto Humanizado que logramos después de 20 años de espera, con la colaboración de la diputada Mariana Larroque, y que logró una buena coordinación entre el Poder Legislativo y el Ejecutivo.

Armando esta guía nos dimos cuenta de que en las situaciones de las personas privadas de su libertad que están embarazadas había que hacer algunas consideraciones extras, ya que sufren de muchas violencias, cuando lo importante en el parto es poner en el centro los deseos de la mujer y también su seguridad. A partir de esto decidimos comenzar un trabajo extra con todas las personas que intervienen tanto en el Servicio Penitenciario como en los servicios obstétricos de los hospitales para poder garantizar estos derechos.

—¿Cuál es el mayor obstáculo a la hora de implementar esta política en el territorio?

—Hay como un choque, especialmente en la idea que se tiene de que la privación de la libertad es también la privación de todos los demás derechos. A partir de ahí comienzan esas violencias institucionales.

Nuestra idea es que no se silencien las voces de estas personas al no permitir el acceso con facilidad a los derechos, especialmente con la burocratización. Por ejemplo, para salir de un penal para hacerte un control hay que pedir un montón de permisos. Y a esto se suma el trabajo de los defensores y defensoras, que sepan cuáles son los derechos de sus asistidos durante el embarazo y puedan acompañar también el proceso.

—¿Qué importancia tiene que estas políticas sean transversales?

—Para nosotros es un desafío muy importante pensar otras lógicas institucionales. Esto lo hacemos buscando intervenir en las lógicas institucionales con miras a la igualdad de género. Esta situación nos lleva a tener que estar en una articulación permanente con otros ministerios, lo cual suma trabajo, pero también nos produce resultados muy ­interesantes.

Por ejemplo, el Ministerio de Salud cuenta con personas en lugares de decisión que tienen formación feminista, por lo cual podemos entender hacia dónde vamos y hacerlo juntas con mucha facilidad.

Hay otras áreas donde es más complicado trabajar en conjunto, pero la verdad es que en este gobierno encontramos la voluntad política de poder articular, por lo menos a nivel superestructural, con la creación de acuerdos.

Con la Subsecretaría de Política Criminal de Justicia de la Provincia tuvimos mucha fluidez en el acuerdo y la posibilidad de ­trabajar con quienes definen la política pública, porque hay una mirada común en ­términos ideológicos.

—¿Van a realizar capacitaciones?

—Sí, queremos llevar adelante un trabajo de formación y de capacitación con el Servicio Penitenciario, puntualmente de la Unidad 33, que es donde está la mayor parte de las personas embarazadas.

También asistir a las mujeres con niños y niñas a cargo, donde hay que tratarlas como lo que son, una población realmente vulnerable, en condiciones de mucha fragilidad.

—¿Cuán importante es romper con las lógicas de trabajo en los lugares de encierro con las mujeres?

—A las mujeres en general no se nos pregunta qué es lo que queremos, y se nos imponen muchos mandatos, y a las personas que están privadas de su libertad, el doble, porque encima hay una idea social de que esos cuerpos, esas personas, esas vidas son descartables.

La verdad es que es un cambio de paradigma absoluto y también es la posibilidad de la ­reinserción social, porque si vos estás presa y, mientras la Constitución dice que las cárceles están para la reinserción social, te tratan como si fueses descartable, es muy difícil hacer ese proceso.

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