Pinamar: ¿cómo responden en el Concejo cuando se ve amenazado el sueldo?

En tiempos de zozobra, el ajuste parece no llegar a las bancas políticas. En Pinamar casi nadie votó el proyecto de decreto para achicar las dietas del Concejo Deliberante, un ajuste que más tarde llegaría al Ejecutivo

En las últimas semanas resurgió un tema que provoca urticarias en la piel de los políticos, y que llegó a elevar un proyecto de decreto para reducir o dejar de cobrar los últimos dos salarios de 2018 en el Concejo Deliberante de Pinamar. Además del extenso listado de concejales, secretarios del cuerpo, secretarios del bloque, secretarios legislativos y cualquier otro cargo de origen político, la medida avanzaba también para con el Ejecutivo que preside Martín Yeza.

“Desde ProPin subimos a sesión un proyecto para congelar los salarios de la planta política del Concejo Deliberante hasta el mes de diciembre. Se planteó teniendo en cuenta que a partir de la liquidación del mes de septiembre habrá un incremento de los salarios de un 10%”, explicó el edil Daniel Bermudez. El concejal quedó solo en la votación. Y lo que fue un intento de destinar el dinero a temas urgentes, la pelota se fue al área de la Comisión de Presupuesto, un tanto demorado el juego, como para que no se hable demasiado del tema.

“En lo discursivo todos hablan de que ingresan a la política por los vecinos y que les preocupa la crisis económica y social, pero a la hora de tomar decisiones se priorizan los intereses individuales o partidarios y no los de toda una comunidad, que actualmente está asfixiada con tantos aumentos en las tarifas, combustibles e impuestos, costándole cada día más llegar a fin de mes”.

El proyecto de decreto que no fue aprobado, estaba redactado en su inicio, con argumentos del por qué: “Considerando que el 6 de septiembre la Asamblea de Concejales y Mayores Contribuyentes fijó un nuevo valor del módulo que implica un nuevo esfuerzo para los contribuyentes en un año muy difícil en cuanto a la economía nacional, y que es importante iniciar un proceso de austeridad en el gasto público desde el Concejo Deliberante y luego avanzando a otros sectores del Municipio con la racionalización de los recursos (congelamiento del salario del intendente, secretarios, sub secretarios, directores, coordinadores y cualquier otro cargo político)”

En la opinión de los propios ediles, Marcela Uhrig, de Unidad Ciudadana, explicó: “El gesto de achicar el salario, cuando tiene una finalidad, cuando sabemos qué va a pasar con esa reducción, si se va a mejorar algo para la vida de la comunidad o se va a perder en rentas generales, deberá seguir debatiéndose. ¿Que implicaría esta reducción? ¿En qué impactaría? ¿Va a la salud, al hospital, a comprar medicamentos? Hay una cuestión que no está clara”.

Y el debate se abrió, por aquello de que el político debería bajar al llano para saber qué pasa con la gente. Algunos dicen que deberán tener un salario acorde para recorrer todos los lugares.

Para el concejal Gregorio Estanga, el tema no es menor. Sus declaraciones fueron rotundas, comparando lo que pasa en el cuerpo legislativo de su distrito con el de General Madariaga (se refirió a que está bien al achique en la dieta).
Pero hay diferentes posturas, ya que también están quienes piensan que un representante político elegido en las urnas debería dedicarse 100% a esta actividad. Y más a tono con la realidad inflacionaria, están las voces que se oponen al ajuste por la razón de que “no impacte el aumento de la última parte del año”.

UN RECORTE YA LLEGÓ
El viernes 5, del HCD de Pinamar fueron echados 15 empleados (secretarios legislativos y asesores) por falta de fondos.
El anuncio de la presidenta del cuerpo legislativo Gabriela Ferretti (del espacio vecinalista PeroPin) impactó al comunicar que -incluso- no estaba la plata para los sueldos y el Ejecutivo tampoco estaba en condiciones de cobrar.