Se dispara otra vez el dólar y supera los $14

Política

27/08/2014 - 06:11hs

La divisa norteamericana cerró en 14,20 pesos. En lo que va del año subió más de un 40% y amenaza con seguir en alza. El Gobierno continúa impulsando medidas destinadas al fracaso y se le acaban las ideas para frenarla

La semana comenzó tranquila, pero durante la jornada de ayer las malas expectativas económicas dispararon una nueva corrida cambiaria y generaron otro fuerte aumento de la divisa norteamericana. El dólar superó por 20 centavos la temida barrera de los 14 pesos y la brecha entre el tipo de cambio oficial y el paralelo se acercó peligrosamente al 70%. En lo que va del año la devaluación del peso argentino se acentuó de manera crítica y la moneda estadounidense se apreció un 41,4%.

El dólar volvió a marcar un récord histórico, aunque los especialistas prevén que no se detendrá allí y que el alza seguirá de cerca la preocupante inflación nacional, que para muchos economistas podría superar el 40% antes de fin de año. El abrupto aumento obligó la intervención del Banco Central de la República Argentina (BCRA), que inyectó 40 millones de dólares en el mercado, elevando la disponibilidad de divisas y frenando la escalada cambiaria.

En el mercado oficial, en tanto, la divisa se ofreció a 8,43 pesos, retrocediendo un centavo durante la jornada. Pero en ese marco las reservas del BCRA registraron una merma de 96 millones de dólares y se sumaron a las pérdida de 264 millones acumulada en los tres días previos.

“La Argentina se encuentra en una etapa de escasez de divisas, donde además la mayor parte de las expectativas del restablecimiento del mercado cambiario recaían en la posibilidad de un reinserción en el mercado financiero internacional, algo que se truncó de la mano con el conflicto de los holdouts”, señaló a Hoy el diputado porteño y economista Claudio Lozano.

El lunes el Gobierno conducido por Cristina Fernández de Kirchner dio muestras por primera vez de su preocupación por la embestida cambiaria contra el peso, elevó las tasas de interés y volvió a limitar las importaciones, en un desesperado intento por frenar la creciente demanda de dólares y reducir la presión sobre las reservas argentinas. Lo cierto es que las medidas sirvieron de poco: el dólar volvió a subir y pareciera estar lejos de detenerse. En La Plata, por su parte, la situación es aún más preocupante, pues la divisa cerró, en promedio, en 14,45 pesos por unidad.

En diálogo con este medio, Lozano aseguró que las expectativas del mercado seguirán impulsando el alza de la divisa. El legislador remarcó que mientras el Gobierno deja deslizar el tipo de cambio, anuncia un nuevo proceso devaluatorio y añadió que “no existe ningún tipo de estrategia para poner en marcha una política distinta a la que se tiene hoy sobre el mercado cambiario y pasar ya no a regular la demanda de dólares sino la oferta, que es en definitiva lo que nos permitiría manejar esto de otra manera”.

Las consecuencias son, a la vez, claras y sumamente preocupantes: esta situación es una señal más de la inestabilidad económica que vive el país, lo que acelera las expectativas inflacionarias y devaluatorias en un preocupante círculo vicioso, que contribuye a una mayor depresión del poder adquisitivo y acentúa el actual cuadro recesivo. En esa espiral, como siempre, los más perjudicados son los argentinos más humildes.

¿Por qué sube?

La constante avanzada del dólar se explica en diversas razones. La escasez de inversiones, la brutal caída de las exportaciones, las bajas tasas bancarias de interés, la desmedida emisión monetaria, la corrosiva inflación y, por sobre todo, la desconfianza e incertidumbre en torno al futuro de la economía argentina, son algunos de los factores que forman un auténtico caldo de cultivo en el que la volatilidad cambiara crece a sus anchas.

Todo ello se fundamenta, en especial, en las pésimas políticas económicas impulsadas desde el kirchnerismo. Durante más de una década, las decisiones tomadas por la cartera económica liderada, ahora, por Axel Kicillof, han conducido directamente a este momento de crisis.

La ecuación es simple: en Argentina la divisa norteamericana escasea y a la vez es altamente demandada, lo que significa un alza constante de su valor. En ese marco el Gobierno nacional de Cristina Fernández de Kirchner ha hecho poco por aplacar los ánimos y en cada nuevo anuncio no hace otra cosa que echar más leña al fuego y avivar la fuerte embestida cambiara contra el peso.

CFK le apuesta a Fábrega y suben las tasas de interés

Las disputas internas en la cartera económica del kirchnerismo son claras. El actual ministro de Economía, Axel Kicillof, y el presidente del Banco Central de la República Argentina (BCRA), Juan Carlos Fábrega, mantienen un fuerte enfrentamiento sobre cuáles han de ser las medidas que deba impulsar el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner para frenar la escalada cambiaria y dotar de actividad a la recesiva economía nacional.

El rumbo que tomó la negociación por el default argentino demostró un creciente poderío del joven Ministro. Sin embargo, en los últimos días el titular del Banco Central demostró seguir de pie. Ayer la entidad elevó las tasas de interés de las Letras y Notas que emite y ofreció 10 mil contratos de dólar futuro por un valor de 1.000 millones de dólares.

Fábrega prevé controlar la divisa sin necesidad de desprenderse de ella. A través de este mecanismo el BCRA se compromete a vender dólares en una fecha dada a un tipo de cambio prefijado y la diferencia entre el tipo de cambio al término del contrato (spot) y el tipo de cambio pautado constituye una ganancia o una pérdida para la autoridad monetaria. Si el tipo de cambio al que se compromete a vender los dólares es menor al spot, el Central paga la diferencia en pesos contra emisión; y si el tipo de cambio pautado es mayor al spot, recibe la diferencia en pesos. Así, la ganancia o pérdida se contabiliza en pesos y de esta manera no se resienten las reservas.

Lo cierto es que el estrés cambiario es cada vez mayor y el Gobierno nacional vuelve a dar un golpe de timón, apostando una vez más a las decisiones del titular del Banco Central. La pregunta que vale la pena hacerse es por cuánto tiempo tendrá el visto bueno de la presidenta. En cualquier caso, las idas y vueltas no hacen más que incentivar la crisis, mientras generan más y más desconfianza en los mercados.