23/07/2016 - 06:09hs
Comprar un kilo de morrones, de tomates o adquirir un litro de leche son actividades cada vez más complicadas para los argentinos. Los valores de los productos esenciales para las comidas no cesan de subir
Los vaivenes inflacionarios han hecho que llegar a fin de mes se haya convertido en una odisea para las familias argentinas. Los precios de productos esenciales para las comidas, como las verduras, las frutas y la leche, han sufrido en las últimas semanas grandes aumentos, malogrando el alicaído bolsillo de los consumidores.
El argumento más importante que brindan los productores y vendedores de frutas, verduras y productos como la leche para explicar esta situación es que las subas estacionales son una marca registrada en esta época del año y que ello irá mermando con el correr de las semanas, hasta que dichos artículos alcancen sus valores normales.
En un recorrido hecho por Hoy por diferentes locales y negocios de la ciudad, se pudo establecer que comprar un kilo de morrones cuesta como mínimo 90 pesos, que adquirir un kilogramo de tomate está por encima de los 60 pesos, o que obtener una unidad de repollo ronda los 50 pesos.
A esto se le agregan los fuertes incrementos que ha habido en productos como la cebolla, las zanahorias, las manzanas, las papas, las bananas, las batatas o los zapallitos, que han tenido subas porcentuales que han hecho que sus valores se hayan escapado a grandes niveles.
Una tendencia alcista
Sin contención todavía por la inflación que recién comienza a dar síntomas de retroceso, los precios siguen conservando una tendencia alcista que, según los especialistas, probablemente a comienzos del cuarto trimestre pueda comenzar a dar resultados optimistas de cara al futuro.
En diálogo con Hoy, el titular de Consumidores Libres, Héctor Polino, destacó que “el aumento en productos como tomates o morrones viene siempre en estos meses por motivos estacionales, pero ahora han tenido niveles que no habíamos visto en años anteriores”. Según el exdiputado nacional, “hay alimentos que ya son imposibles de comprar. Un atado de acelga no baja de los 20 o 25 pesos, y solo en lo que va del 2016 ha aumentado un 85%. Lo mismo sucede con el tomate perita, que ha tenido una suba de casi 120% en estos primeros meses, o de la polenta, que ha crecido en su valor un 65%”.
Para Polino, “los supermercados aprovechan este momento de incertidumbre económica que se vive en el país para acrecentar las ganancias perjudicando a los consumidores, en una actitud claramente antisocial. Hay que controlar los precios, sino llegar a fin de mes es imposible para los argentinos”. Una problemática que se repite, mermando la capacidad de consumo de las familias, golpeando de lleno a los sectores más vulnerables de la sociedad, que son los que más sufren las oscilaciones en los precios de la canasta básica.