Vacaciones de invierno: La realidad tal cual es

Macri y sus funcionarios subestiman a la gente y se esfuerzan en decir que la devaluación y la inflación que licúa los salarios forman parte de una tormenta causada por efectos externos que pronto pasará

Es notable observar cómo el Gobierno subestima nuestra inteligencia. Durante la semana que pasó y hasta ayer el Presidente y sus funcionarios agotaron esfuerzos en esa tarea:  en decirnos que la devaluación y la inflación que licúa los salarios forman parte de una tormenta causada por efectos externos que pronto pasará. Y más aún: que el ajuste solo es “para la política”, que “es mentira” que es para todos.

La mentira de esa “mentira” se enreda en sus patas cortas y es desmentida cotidianamente por la realidad: cuando vamos al supermercado o ahora, que en plenas vacaciones de invierno, una salida familiar en la ciudad nos puede costar hasta un 45% más que el año pasado. Ganándole a la inflación y a nuestros salarios. 

Pasar lo que resta del receso invernal en algún destino turístico (froteras adentro, por supuesto) como Bariloche o Mendoza es casi un lujo para sibaritas: por un hotel cuatro estrellas situado al pie del Cerro Catedral, 6 noches, dos adultos con dos niños pueden llegar a pagar más de $70.000 ($2.934 por integrante, por noche), casi cuatro veces más que un sueldo promedio.

Ajustados hasta en el ocio y el divertimento, derecho adquirido del trabajador, la sombra de la realidad es larga. Como larga es la mentira del Presidente.

Para el que se queda

Cuando a la abuela la vence el cansancio y a ellos el tedio. Cuando ya corrieron demasiado tras la pelota. O vieron todo lo que la televisión o los servicios de streaming como Netflix pueden ofrecer. O se aburrieron de jugar a los mismos videojuegos de siempre, la casa queda chica para esos locos bajitos, curiosos, ansiosos de ver qué hay más allá de la puerta para afuera. 

De poder, padres y abuelos les darían todo lo que piden. Pero reconocen y los abate saber que no depende de ellos: que solo llegarán hasta donde los deje el límite de sus bolsillos.

Por ejemplo, lo primero: resolver quedarse en la ciudad o la región y empezar a hacer cálculos. Solo en una salida, una familia tipo puede desembolsar un piso de $2720: entradas al cine 3D ($210 por persona), combo de pochoclos y gaseosas ($320 cada uno) y un menú en un local de comida rápida ($250 por persona más dos cajita feliz a $120 cada una). Antes, el mismo plan podía costar menos de la mitad: $1100. El aumento fue de más del 40%.

Si en lugar de comida rápida se opta por ir a un restaurante tradicional, habría que agregar unos $1600 más, siempre para cuatro personas.

En tanto, si a cambio del cine lo que se prefiere para los más chicos de la familia es el teatro, la salida puede resultar unas cinco veces más cara. Si bien en la ciudad hay propuestas teatrales gratuitas, los espectáculos de renombre y megaproducciones con estrellas infantiles de la TV se concentran en Buenos Aires. Entonces, habrá que pensar en llenar el tanque del auto para viajar, en peajes o el pasaje de transporte hasta la Capital. Una vez allá, las entradas para eventos como Disney Junior Express (con Topa), Peppa Pig o Disney on Ice pueden oscilar entre los $600 y $3.000 por persona. En total, se puede desembolsar hasta $12.000 más que si se elige ir al cine.

Para el que se va

La familia tipo que con mucho esfuerzo logra salir de la ciudad para ver nevar en Bariloche tendrá, solo de pasajes aéreos más $24.000 y en micro, $19.280 en total.

La cifra subirá junto al costo del hospedaje: por un hotel cuatro estrellas, al pie del Cerro Catedral, 6 noches, dos adultos con dos niños pueden pagar más de $70.000 ($2.934 por integrante, por noche), casi cuatro veces más que un sueldo promedio.

Salir a almorzar o cenar en familia puede costar, como mínimo, $7.000 y merendar, unos $1.000. 

Para la atracción más importante, esquiar en el Cerro Catedral, se necesitarán otros $1.660 para los adultos y $1.415 para los niños ($6.150 en total).

Para el caso de Mendoza, los pasajes aéreos o en bus para el grupo familiar totalizan, en promedio, los $12.000.

Para la misma familia, un hotel céntrico de similares características y durante la misma estadía a la mencionada para Bariloche puede rondar los $34.501. 

La experiencia de esquiar en Las Leñas tiene un costo parecido a hacerlo en Bariloche: $1.590 por persona ($9.540).

En ambos casos habría que agregar salidas a restaurantes o locales de comida rápida (que pueden sumar otros $1.500) o tour desde $1.000.

Valores similares se pueden encontrar en “escapadas” más cortas. Por ejemplo, a Mar del Plata, donde un menú de comida rápida familiar supera holgadamente los $1.000.

De pasajes se tienen $5.920 para toda la familia y de hotel cuatro estrellas, unos $11.000.

Una atracción clásica, como la visita al Aquarium, tiene un valor de $575 para adultos y $355 para menores. En total, $1.860. También en la Costa, pero en San Clemente del Tuyú, las entradas a Mundo Marino totalizan para el mismo grupo familiar $1.600 ($445 para adultos y $355 para niños).

Está claro: en Argentina, divertirse y ser niño tiene su precio. Y es muy caro.