Al borde de la catástrofe

Ocurrió en 122 y 46. Estaba internado en el Policlínico San Martín por tragarse una bombilla y un tenedor. Burló la seguridad de los guardias que lo custodiaban y huyó en un remís. Hubo 23 disparos

Trama Urbana

20/05/2020 - 00:00hs

A escasos metros de los surtidores de una estación de servicio emplazada en Ensenada, en el área que limita con nuestra ciudad. Allí se originó ayer al mediodía un bestial tiroteo entre un recluso que acababa de escaparse del Policlínico San Martín donde se encontraba alojado y agentes policiales que salieron a buscarlo. Si bien el incidente terminó con un muerto, bien pudo haber sido peor, una tragedia completa, si alguno de los proyectiles disparados por ambos bandos hubiese entrado en contacto con los tanques de combustible y GNC.


El gravísimo incidente debe dividirse por capítulos, ya que tuvo condimentos de sobra y que, a diferencia de lo mucho que se habló ayer, no comenzó el martes, sino el lunes.


Ese día, entró al hospital de Magdalena un interno de la Unidad 35 de dicha localidad. Cumplía una condena de seis años por un robo agravado por el uso de arma, y que recién recuperaría la libertad en 2021. El motivo de su visita al nosocomio era que se había tragado una bombilla y un tenedor, hecho por el cual necesitaba ser atendido. “No es común que los presos ingieran ese tipo de cosas, pero tampoco inusual: muchos lo hacen, según nos cuentan, para salir de la cárcel y venir al hospital, donde reciben otra atención, otra comida y cuentan con más comodidades”, le contó en exclusiva a Trama Urbana una fuente médica.


El reo, Nicolás Nahuel Crause (24), ya tenía experiencia de ese tipo, y en marzo había ingerido los mismos elementos, por lo que debió ser intervenido quirúrgicamente. En esta ocasión, se resolvió que fuera trasladado al Policlínico San Martín platense, donde sería sometido a una endoscopía, sin necesidad de volver a operarlo.

Las dos hipótesis del final


Lo trasladaron de Magdalena a La Plata a las 20 del lunes junto a dos penitenciarios de custodio –un oficial adjutor y un sargento-, y pasó la noche en el centro de salud. Ayer,
uno de sus cuidadores fue al baño y Crause le pidió al otro hacer lo mismo, y pidió si le podía quitar las esposas que lo amarraban a la cama en la que estaba.


Se desconocen los motivos por los cuales el guarda aceptó, pero lo cierto es que le permitió al preso manejarse con total libertad. De esta manera, el interno amenazó al oficial y se alzó con las dos armas reglamentarias, dándose luego a la fuga tras dejar esposados a los penitenciarios.


En la puerta del hospital abordó un Fiat Siena de la agencia de remises Estrella, con el fin de huir de la ciudad por los caminos del sector norte. Ya con el alerta emitida, la policía fue en su búsqueda y un móvil avistó dicho vehículo en 122 y 46, en la estación de servicio Puma, que también funciona como GNC.


A partir de este momento, son al menos dos las teorías que se filtraron, y ninguna parece tener más peso que la otra. Por un lado, se dijo que el reo contó siempre con el apoyo de un segundo detenido, y que escaparon juntos. Al verse cercados por los uniformados, uno de ellos logró escabullirse por los techos de viviendas de 123, haciendo efectiva su fuga y permaneciendo aún prófugo. Vecinos de la zona donde todo culminó (122 y 46) aseguraron, en tanto, que Crause y su cómplice llegaron a tomar de rehenes a las empleadas del shopping del lugar, aunque nada de eso fue confirmado por las fuentes oficiales.


Estas señalaron que, tras darle la voz de alto al implicado, se originó un tiroteo, ya que el hombre no los obedeció y, en cambio, abrió fuego contra un teniente primero de la Motorizada La Plata y un oficial. Hubo, por lo menos, 23 disparos, hasta que el delincuente gritó que iba a matarse, entró al shopping, se llevó la pistola a la sien y gatilló. Se desplomó y, cuando un médico lo revisó, solo pudo constatar su deceso. El área se llenó de peritos de la Policía Científica, que incautaron 23 vainas servidas entre los surtidores, donde se produjo el enfrentamiento. Pudo haber sido una catástrofe.