26/04/2013 - 07:44hs
Federico Luppi dijo que esa es la hipótesis principal del estallido en la casa de Moreno. Y ratificó que los custodios estaban. El Senado bonaerense reabrió la comisión investigadora
El fiscal que investiga la muerte de Roberto Aníbal (40), el testigo de identidad reservada del llamado caso Candela, cuya casa explotó el miércoles en la madrugada, causándole gravísimas quemaduras, ratificó ayer que “la hipótesis principal es la accidental”.
Mientras tanto, la comisión especial creada en el Senado bonaerense para analizar el crimen de Candela Sol Rodríguez, asesinada en agosto de 2011 en Hurlingham, se reabrirá para tratar la muerte del testigo y analizar “el desenvolvimiento que ha tenido esta causa en este último tiempo", explicó el senador que encabeza la comisión, Jorge Ruesga. Se reunirán el próximo martes.
En lo que hace a la investigación del estallido en la casa del carnicero Aníbal, ubicada en Virgen de Luján y Santos Dumont, de Moreno, el fiscal a cargo del expediente dijo que no puede “negar una hipótesis principal cuando va al lugar del hecho, cuando habla con peritos que le muestran la escena”.
El titular de la Fiscalía 1 de Moreno, Federico Luppi, ratificó la postura de los peritos, quienes creen que el siniestro ocurrió por una fuga de gas de una garrafa en combinación con el chispazo provocado por un cargador universal de celulares. No obstante, ordenó la autopsia al cuerpo para descartar la existencia de rastros de otro tipo de explosivos.
Sobre los dichos de algunos vecinos que aseguraron no haber visto a los custodios del testigo al momento del siniestro, Luppi aseguró que “estaban, a tal punto que ante la desesperación de que este hombre estaba envuelto en llamas, el propio custodio fue el que agarró la camioneta para apurar un poco las cosas”.
En el mismo sentido se manifestó el subsecretario de Política Criminal bonaerense, César Albarracín, confirmando que “la investigación que lleva adelante” Luppi descartó “que la muerte de Roberto Aníbal se haya tratado de un homicidio”.
“Queda absolutamente claro que no hubo un ataque externo sino una implosión de adentro hacia fuera”, destacó.
“La custodia estaba apostada a 30 metros”
Roberto Aníbal era un testigo de identidad reservada de la causa por el secuestro y crimen de la niña Candela Rodríguez (11), en Hurlingham. Fue clave para la primera hipótesis oficial del caso y reclamaba el pago de la recompensa. Además, denunció amenazas y actos intimidatorios. El fiscal Federico Luppi habló ayer sobre el episodio que sufrió Aníbal “hace unos 20 días”, cuando personas desconocidas le tirotearon el frente de la casa y aclaró que “en esa oportunidad había tres custodias adentro”.
La explosión ocurrió a las 3 del miércoles, cuando Aníbal estaba solo. La víctima salió de la casa envuelto en llamas y alcanzó a decir “agua”, “auxilio” y “no me dejen morir”. Horas más tarde falleció en el Hospital Luciano Vega de Moreno, a donde había llegado con el 80% del cuerpo quemado.
Aunque la versión oficial habla de un accidente, la madre de Candela y abogados de los imputados por el caso (que sólo tiene a dos detenidos), sospechan de un atentado. Además de descartar esta posibilidad (ver nota principal), César Albarracín ratificó que “la custodia estaba apostada fuera de la casa, según se había ordenado, en una esquina a 30 metros de la vivienda” y “de civil”.