“Decime dónde está la plata o matamos al pibe”

Trama Urbana

05/11/2016 - 01:16hs

Tres delincuentes cometieron una entradera en una casa de Gonnet y maniataron a dos personas. Estuvieron más de una hora en el lugar y luego escaparon con el botín sustraído en el auto de los propietarios

Una empleada doméstica de 59 años y un joven de 27 vivieron una verdadera pesadilla ayer por la mañana al sufrir una típica entradera en un chalet de Gonnet, informaron fuentes policiales. 

Todo se inició alrededor de las 9.30, en 14 bis y 492. Al menos dos delincuentes sorprendieron allí a la mujer, domiciliada en Florencio Varela, mientras hacía sus quehaceres. “Estaba limpiando la casa con la puerta principal abierta y aparecieron dos sujetos de la nada, a cara descubierta”, le narró a este diario un pesquisa con acceso a la investigación. La obligaron a entrar a través de amenazas con armas de fuego, dejando aparentemente a un cómplice de campana y, ya en el interior, la reunieron con la única persona que se encontraba allí, un muchacho hijo de los dueños del lugar. 

“Los maniataron a los dos, adelante y atrás, con cintas adhesivas que encontraron. Había claramente un jefe, que era el que estaba más tranquilo y llevaba todo adelante”, le confió Javier, uno de los propietarios, a este medio. Añadió que uno de los cacos se quedó con los damnificados, vigilándolos, mientras el otro recorría todas las habitaciones y se apoderaba de diferentes objetos de valor. “Estuvieron más de una hora y nos robaron de todo: plata, electrodomésticos, artefactos, hasta un televisor que pusieron en una valija, también nuestra”.

Enojo con la Policía 

El momento más tenso fue cuando se dirigían a la empleada doméstica, a quien le expresaban constantemente: “Decinos dónde está la plata o matamos al pibe”. Javier apuntó que “uno no sabe si lo hacen para amedrentar o si realmente están dispuestos a hacerlo”. Sin embargo, admitió que “si bien los amenazaron, no llegaron a ejercer violencia física hacia ninguno de los dos”. 

Para huir, tomaron las llaves de la Renault Sandero propiedad de la familia y escaparon con ella, pese a que tenían su propio vehículo. “Se fueron con los dos coches y, cuadras después, dejaron nuestro auto en 511 y 14, hicieron el traspaso de todo lo sustraído y siguieron camino”, puntualizó el hombre. 

Enérgico, se quejó de la inseguridad que reina en el barrio: “Estamos cansados, ya robaron otras casas y todo sigue igual. Antes se veía a los de la Policía Local, pero después desaparecieron. Lo mismo que los patrullajes. No se ven más”. Además, expresó que “acá a la vuelta vive un fiscal y él sí cuenta con custodia, pero el resto que se embrome. Tenemos que agradecer que no nos maten”. También se enojó por la postura que tomaron los peritos de la Policía Científica, quienes hasta las 17 aún no habían acudido: “Nos dijeron que no acomodáramos nada, pero no podemos seguir con todo revuelto. El policía que se quedó como consigna en la puerta se portó de maravillas, a él no le digo nada”. 

Hasta el lugar se aproximaron agentes del Comando de Patrullas y de la comisaría Décima, quienes siguieron las órdenes de 

Germán Rodríguez, de la Jefatura Distrital Norte. “Se implementó un operativo cerrojo, pero no pudimos dar con los autores”, refirió un jefe de la fuerza.