Dos familias, dos barrios, un mismo pedido ante brutales crímenes: justicia

Se cumplió una semana del asesinato del albañil en su casa de Villa Castells y dos meses del de Mariángeles, en City Bell. El primero permanece impune.

La de ayer no fue una jornada más para los habitantes del sector norte de la ciudad. Dos familias diferentes marcharon, tanto en City Bell como en Gonnet, para exigir justicia por dos brutales homicidios que conmocionaron a la región: el de Mariángeles Lamella, asesinada por salir a defender a su hijo de cuatro salvajes, y el de Rodrigo Alfonso, el albañil ultimado a golpes durante un robo en su casa de Villa Castells.

De este último hecho ayer se cumplió una semana, ya que el cuerpo sin vida del hombre de 54 años y nacionalidad paraguaya, fue descubierto sin vida en su domicilio de 4 y 495 por su hermano.

A primeras horas de esa mañana fue a buscarlo para dirigirse al trabajo. Como no atendía, ingresó y lo vio tendido en su habitación, y llamó al 911. La autopsia determinó que sufrió un “traumatismo de cráneo” provocado por “un solo golpe en la cabeza”. Si bien no se registraron faltantes, la principal hipótesis desde el comienzo estuvo abocada a la del robo. En ese sentido, no descartan que la víctima haya reconocido a los homicidas.

Hasta el momento los detectives de la DDI La Plata no lograron avanzar en la investigación, circunstancia que motivó a los allegados de Alfonso a manifestarse. Bajo la consigna de “Villa Castells no se olvida”, se reunieron en la estación de Gonnet hasta la comisaría Decimotercera, donde recayó inicialmente el crimen. “Caminando o en auto, con una vela encendida y en paz”, así dijeron que iban a marchar, y así lo hicieron.

Balacera infernal

La causa de Mariángeles está más avanzada, ya que los cuatro involucrados se encuentran tras las rejas. Pese a eso, los familiares de la mujer de 41 años se reunieron ayer a la tarde en donde todo ocurrió (449 entre 29 y 30) y caminaron hasta el camino General Belgrano y 450, cortándolo por completo, aunque de manera pacífica.

Su madre, Alicia Ferreyra, contó que el motivo de la marcha fue porque se cumplieron dos meses del asesinato y para exigir que al último apresado también le impongan la prisión preventiva que tienen los otros tres. Aseveró que está conforme con la justicia, pero pidió que la misma continúe respondiendo como hasta ahora.
También rogó que el Tribunal de Casación no deje salir a ninguno de los cuatro y recordó que ocho nenes –los hijos de Lamela- se quedaron sin su madre.

El crimen ocurrió cuando la mujer salió a defender a su hijo de 17 años, a quien cuatro jóvenes lo estaban acusando por el robo de una moto.

Al salir Mariángeles de la casa, comenzaron a disparar: un tiro en el cuello la mató a los pocos minutos, mientras que el adolescente terminó internado con un disparo en la pierna y otro en el abdomen.

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