01/04/2013 - 06:31hs
Aseguran que son de la banda que mató a Golbert Rocha Otarola. Hay un aprehendido, pero el principal acusado sigue prófugo. Anoche se respiraba una tensa calma. No descartan represalias
Era imposible discernir si el silencio que reinaba ayer en un sector de Altos de San Lorenzo era el de la calma que antecede al vendaval o el final de la “barriada” que prendió fuego cuatro casas vinculadas a los responsables del crimen de Golbert Rocha Otarola, el joven boliviano de 22 años que el sábado fue fusilado de un tiro en la cabeza en 24 bis y 87.
Así estaba ayer esa zona, luego de que familiares, amigos y vecinos de la víctima decidieran hacer justicia por mano propia quemando las viviendas ubicadas en 24 entre 86 y 87; 24 entre 88 y 89; 23 bis y 86, 25 y 86. Policías y bomberos intervinieron cuando ya no había mucho que hacer, lo que desencadenó una nueva batalla campal.
Persianas bajas, patrullas circulando, y una asamblea de más de 70 personas en el medio de una cancha de fútbol ubicada en 25 y 88 era el paisaje del día después de que Otarola cayera muerto tras recibir un disparo en la cabeza luego de negarse a darle 10 pesos para la cerveza a un grupo de entre 6 y 8 personas. En dicha reunión, los familiares de la víctima, junto a su abogado, definieron los pasos a seguir y prefirieron no dialogar con la prensa hasta que los delincuentes sean detenidos.
En rigor, por el caso hay un aprehendido acusado como “partícipe necesario” y otro sujeto de 20 años sospechado de ser el autor material del disparo, quien permanece prófugo, informaron fuentes oficiales.
“Los asesinos se encuentran escondidos en varias casas del barrio, y la policía lo sabe pero no hace nada”, alertó una vecina que por cuestiones de seguridad decidió no identificarse. La situación se torna aún más compleja y podría empeorar aún más, ya que según narraron varios presentes en el lugar, “los delincuentes prometieron represalias”, y por “la tarde estuvieron merodeando una banda de quince personas en motos y con armas que son amigos de los prófugos”.
Como se informó en la edición de ayer, todo sucedió a eso de las 17 del sábado, cuando Golbert y un amigo fueron a 24 bis y 87 para comprar una cerveza. Apareció un grupo de entre seis y ocho jóvenes, uno de los cuales les habría pedido 10 pesos para comprarse una cerveza. Como los muchachos se negaron, se retiró ofuscado, pero volvió a los pocos minutos con un arma y disparó contra los amigos. “Detonó la pistola al menos dos veces y uno de los tiros impactó en la cabeza de Rocha Otalora”, señaló un investigador. El joven fue trasladado al hospital San Juan de Dios, donde falleció.
Policías de la comisaría Octava y de la DDI La Plata trabajaron en el esclarecimiento del caso, por el que hay un demorado y buscan al principal acusado.
Instruye el fiscal penal en turno, Tomás Moran.
Inminentes allanamientos
A instancias del fiscal Tomás Moran, el juez Jorge Moya ordenó cuatro allanamientos en domicilios donde podía estar oculto el asesino. El problema es que dos de esas casas fueron quemadas ayer, informaron fuentes de la Policía. En las órdenes de registro figura la detención del imputado y el secuestro de una pistola calibre 9 milímetros, ya que con arma de ese tipo fue fusilado Golbert Rocha.
Se esperaba que los otros operativos se hicieran esta madrugada. Mientras, el barrio seguía fuertemente custodiado por Infantería y Seguridad.
El racismo como germen de la violencia
El racismo es el punto en común en los crímenes cometidos recientemente en esa zona de Altos de San Lorenzo, cuyo blanco predilecto son las comunidades boliviana y paraguaya que residen en aquel histórico barrio. En el último año y medio han sido atacados más de diez ciudadanos de dichas nacionalidades, lo cual, en más de una ocasión, derivó en enfrentamientos con armas de fuego entre vecinos y bandas. Bue-na parte de los damnificados de esos embates trabajan en la construcción, así como en las quintas y cooperativas municipales. “Todos los años pasa lo mismo, la policía sabe quienes son pero no hace nada “, advirtió una de las vecinas, sin salir de su casa.