La evidencia de cámaras de seguridad y una prenda roja encaminaron la investigación. Había viajado el fin de semana y su familia no supo más nada de ella desde el lunes a la mañana.
01/09/2023 - 00:00hs
En horas de la mañana de ayer se confirmó la peor noticia, luego de que encontraran sin vida a Damiana Solange Guldriz, la mujer oriunda de La Plata que era intensamente buscada en la zona de Bahía López, en el Circuito Chico de Bariloche.
Un elemento rojo identificado como parte de su indumentaria fue la clave para confirmar su identidad, ya que las cámaras de seguridad de un hotel cercano al lago Nahuel Huapi filmaron a la joven ingresando a un sendero.
Este camino conduce al mirador del Brazo Tristeza, al que se accede caminando alrededor de 1,4 kilómetros y ascendiendo cerca de 100 metros atravesando un sector de bosque y otro de barrancos, por lo que en estos momentos la hipótesis más fuerte es que cayó desde gran altura.
Un chofer declaró en la tarde de ayer que Damiana le consultó cómo llegar al mirador del Brazo Tristeza. La joven descendió del colectivo a las 10:50 y el hombre le dijo que preguntara en el hotel Bahía López, que ahí le indicarían de manera más certera cómo llegar.
La búsqueda
Los rastrillajes habían comenzado durante la mañana de ayer y se orientaron hacia esa zona porque las cámaras de seguridad y los datos de su tarjeta SUBE indicaban que se había trasladado hasta ese lugar. Además, según los testimonios, Damiana había consultado por la ubicación de la Bahía López para visitar uno de los miradores.
Fue durante la búsqueda que uno de los perros de la brigada canina de Bomberos Centro indicó un rastro, el cual guio a los socorristas hasta el punto exacto y lograron divisar el cuerpo de Damiana.
Luego, una embarcación se encargó de la extracción desde el agua hasta la costa de Bahía López, donde sus padres, que habían viajado hasta Bariloche, se encontraban reunidos con la fiscal Betiana Cendón.
Viaje y tragedia
Damiana Solange Guldriz, de 31 años y vecina de Altos de San Lorenzo, aprovechó los días que tenía libre de su trabajo y se fue el viernes en avión rumbo a la ciudad patagónica, para disfrutar y descansar. Se alojó en un hostel de la calle Tiscornia, cerca de la zona céntrica, y solía comunicarse continuamente tanto con su madre como con su mejor amiga.
Con esta última habló por última vez el domingo, mientras que con su progenitora lo hizo el lunes, y le comentó que ese día no tenía ninguna excursión, pero que iría el martes hasta la península de San Pedro, dentro del Circuito Chico.
Por su parte, su amiga contó que “se fue del hostel donde estaba el lunes a la mañana y no volvió. A la noche no fue a dormir, ni tampoco el martes. Las cosas las dejó ahí. Estaba muy entusiasmada con el viaje, feliz”.