Muerte en un hotel alojamiento

Trama Urbana

19/05/2016 - 07:12hs

Un hombre falleció mientras mantenía relaciones, a causa de la ingesta de pastillas y alcohol. Ocurrió en Villa Elvira, donde en 1998 se produjo un homicidio 

Un combo explosivo de pastillas y alcohol llevó a un hombre a la muerte mientras mantenía relaciones sexuales en el interior de un hotel alojamiento ubicado en Villa Elvira y en donde años atrás se cometió un brutal homicidio, informaron ayer fuentes policiales. 

Si bien el hecho ocurrió hace diez días, trascendió en las últimas horas y se supo que la víctima fue un hombre de 48 años, llamada Walter, que se hospedó por unas horas en el establecimiento Los Aromos, ubicado en 5, 90 y 91. Hasta allí llegó con una mujer para mantener un encuentro íntimo dentro de la habitación 22 pero, en el medio del mismo, se descompensó y falleció.

Personal del lugar se comunicó con el 911 y agentes del destacamento Aeropuerto, al mando de su titular José Robledo, se dirigieron al hotel, donde vieron el cadáver sobre la cama y sin marcas de violencia aparentes; a continuación se pusieron en contacto con la fiscalía penal en turno número 6, quien caratuló la causa como “averiguación de causales de muerte”. 

Realizada la operación de autopsia, se conoció el veredicto final: el deceso fue por la “ingesta de pastillas y alcohol”, según determinó un jefe de la fuerza. 

Asesinato y condena

En ese mismo sitio, pero en la habitación 13, Mario Quinteros mató a Raquel Araya (25) el 7 de enero de 1998, luego de golpearla y estrangularla, escapando tras romper el portón en el Peugeot 405 con el que habían llegado. El coche fue hallado después en el barrio 5 de mayo de Ensenada; tenía restos de pintura bordó, similares a los del portón del albergue. Tras cuatro meses prófugo, se entregó y aseguró que la mujer, madre de tres chicos, había sufrido un ataque de epilepsia; sin embargo, los golpes en el hígado y costillas, las lesiones (compatibles con comprensión de dedos) en el cuello, las heridas cortantes en las palmas de sus manos y hematomas en las piernas de la damnificada conspiraron contra su versión. En el 2000, fue condenado a 14 años.