Otros dos policías asesinados por delincuentes

Una de las víctimas vivía en City Bell. Lo balearon en Guillón. El otro efectivo salió en defensa de sus vecinos, en Berazategui.

Trama Urbana

19/11/2012 - 01:33hs

Dos policías bonaerenses murieron en las últimas horas a manos de delincuentes que no dudaron en abrir fuego. Uno de los fallecidos vivía en City Bell, tenía 26 años y una hijita de 6. Al otro lo fusilaron cuando quiso frustrar una entradera a sus vecinos, en Berazategui. Por ninguno de los dos casos hay detenidos. 

El primero tuvo como víctima a Mauricio Paruchevski (26), un sargento de la Policía bonaerense que estaba radicado en nuestra ciudad pero prestaba servicios en la comisaría de Luis Guillón, en el partido de Esteban Echeverría. Según contaron a Trama Urbana sus allegados, hacia allí se dirigía el 31 de octubre, cuando lo atacaron. 

Eran las 20.15 y estaba junto a una compañera. Detuvo el auto en un kiosco, compró un agua mineral y cuando subió de nuevo al coche, dos motochorros ingresaron a robar. 

“La compañera se puso el arma entre las piernas, por las dudas que tuviera que repeler un ataque”, contó un amigo de Mauricio, agregando que al salir los ladrones vieron a los policías. La acompañante de Paruchevski intentó agarrar su reglamentaria y uno de los motochorros trató de hacer lo mismo, pero se resbaló y al levantarse optó por huir junto a su cómplice. Lo que los uniformados no vieron fue que había otra moto con un tercer sujeto, que al pasar al lado del coche efectuó varios disparos, según el allegado a la víctima. 

Tres tiros impactaron en el cuerpo de Mauricio, aunque el que le causó más daño fue el que le ingresó por la axila. “El auto quedó con seis tiros y la compañera de mi amigo resultó ilesa”, dijo el muchacho. 

El sargento fue trasladado de urgencia al hospital de Monte Grande. Estaba consciente, a punto tal que pudo comunicarse con su hermano para decirle “me bajaron”, pero el cuadro se fue complicando. Hace una semana lo trasladaron al hospital Fitz Roy de Palermo, donde murió a las 14.20 del sábado. 

Sus restos eran velados anoche en Centenario y 462 y la inhumación será a las 10 de la mañana en el cementerio local.

El otro hecho ocurrió en la madrugada de ayer, cuando el capitán Rubén Fernández (51) quiso evitar que cuatro delincuentes asaltaran a sus vecinos y recibió un tiro en el pecho. Los criminales huyeron con dinero y a bordo de un auto que se cree luego apareció quemado en las inmediaciones de la escena del crimen.

El barrio resaltó la actitud del capitán que “dio la vida por otro vecino”

Era la 1 de la mañana de ayer cuando una pareja llegó a su casa de 13 entre 117 y 118, de Berazategui, y fue abordada por cuatro delincuentes que se movilizaban en un Volkswagen Bora.

“Veníamos de un cumpleaños de unos amigos e hicimos lo de siempre: ver si viene alguien como para entrar lo más rápido posible a nuestro domicilio”, contó Jorge, el dueño de la finca. “Mi mujer abre el primer portón, yo me dispongo a entrar, no termina de abrir el segundo portón y veo por el espejo retrovisor otro auto atrás. (...) y en milésimas de segundos ya tenía a uno de los delincuentes en el asiento del acompañante apuntándome con el revólver en la cabeza y al otro con el revólver golpeando el vidrio para que me bajara”, relató el hombre.

Jorge contó que él se bajó del auto y quedó reducido por uno de los delincuentes mientras que otros dos se llevaron a su mujer hasta el interior de la vivienda, en tanto que el cuarto permaneció de “campana”.

En determinado momento uno de los ladrones lo tiró al piso y le pegó unas patadas en las costillas. Al recibir esos golpes Jorge gritó de dolor, momento en que escuchó a su vecino policía que “se jugó”.

El capitán Rubén Fernández, que dormía al lado del garaje de sus vecinos, salió con su pistola reglamentaria, impartió la voz de alto y se desató un tiroteo en el que resultó con un tiro en el pecho. Murió en el hospital El Cruce, de Florencio Varela. La banda huyó en el Bora con 2.000 pesos. Media hora después, un auto de esa marca y modelo apareció quemado en Ezpeleta. Sería le mismo. El crimen conmovió al barrio donde todos resaltaron la actitud del policía que “dio la vida por otro vecino”.