Desde que desplazaron al antiguo comisario, los delitos en ese sector de San Carlos se volvieron cada vez más sangrientos
22/06/2020 - 14:12hs
El barrio La Palmera de San Carlos, donde anoche se produjo una bestial pelea que terminó con dos jóvenes asesinados a balazos, vive sin dudas uno de sus peores momentos, aunque los delitos y la presencia policial en el lugar no es nueva y se tornó habitual.
Sin embargo, desde la partida del anterior titular de la subcomisaría La Unión con jurisdicción en la zona, Juan Navatta (lo transfirieron a la seccional Decimosexta), los inconvenientes en la zona se recrudecieron y buena parte de los habitantes de allí sacaron lo peor de sí.
Este medio publicó en exclusiva a fines de mayo el asalto que sufrió un hombre en 151 y 36, a metros del lugar donde ayer se cometieron los crímenes.
En esa ocasión, delincuentes intentaron robarle la moto a un sujeto, le dispararon en la cabeza (por fortuna solo sufrió un roce) y después le saquearon la casa, prendiéndosela fuego con su exmujer y sus hijos dentro, quienes lograron escapar.
Desde el arribo de la nueva conducción a la dependencia, los ilícitos volvieron a incrementarse y las peleas, con tintes trágicos, también.
En ese lugar, el 4 de abril del año pasado se llevó a cabo uno de los allanamientos más asombrosos de los últimos tiempos en la ciudad. Al mando de Navatta, y con la colaboración de otras fuerzas, se registraron tres viviendas de 36 bis entre 150 y 151, luego de una exhaustiva investigación iniciada el 2 de enero de ese año que incluyó personal encubierto para obtener diferentes materiales fílmicos.
Un gran cúmulo de policías llegó a bordo de un camión encubierto (ver video) y descendieron de manera sorpresiva. “Debimos hacer algunos disparos con posta de goma, debido a que había varios sujetos sentados en sillas en plena calle, con pistolas en el piso. Si les dábamos tiempo de reacción, podía ocurrir algo grave”, dijeron por entonces.
El resultado fue altamente positivo, con la aprehensión de siete individuos de nacionalidad paraguaya y el secuestro de 840 dosis de cocaína, 546 de marihuana lista para la venta, un revólver 38, 23.000 pesos, dos celulares, elementos de corte y balanzas de precisión.
Sin embargo, a poco más de un año de ese hecho, el barrio volvió a retroceder, las inspecciones dejaron de hacerse y la droga volvió a circular. El resultado de este combo quedó a la vista durante la noche del domingo, con la muerte de dos jóvenes de 18 y 19 años y, hasta el momento, ningún detenido.