“Se quiso resistir porque le sacaron una cadenita que era de la hija”

"Me fui a acostar, cerramos las puertas con otro de mis hijos. De repente escuchamos un disparo y cuando estábamos por salir llegó Carlos, entró a casa y nos dijo que estaba baleado”. Así recordó ayer Carlos Manuel Fonseca (56) lo sucedido en los primeros minutos del sábado en su casa de 1 y 96, después de que su hijo, que se llamaba igual que él, salió de allí para tomar el micro que lo dejaría en su domicilio y fue baleado por resistir un robo. 

Carlos Manuel Fonseca tenía 31 años, una hija de 4, vivía en 46 entre 23 y 24 y era un enfermero del área de Sanidad del Servicio Penitenciario Bonaerense, asignado a la Unidad 18. Aunque en un primer momento se especuló con que el delincuente que lo mató y sus compinches habían escapado con las manos vacías, el papá de Carlos refirió a Trama Urbana que “le faltaba una cadenita que era de la hija. Pensábamos que había quedado en la casa o en la calle, pero no la encontramos, así que eso fue lo que le robaron. Suponemos que se quiso resistir y ahí le tiraron”, explicó.

Por el hecho fue detenido un joven de 20 años que hoy será indagado por el fiscal que instruye el caso, Juan Cruz Condomí Alcorta, informaron fuentes judiciales. 

La terrible historia se desencadenó en los primeros minutos del sábado, cuando Fonseca salió de la casa de su padre para volver a la suya. 

“Cada un día y medio mi hijo venía a visitarnos -recordó Carlos-;  pasaba el día y después entre las 0 y 0.30 de la noche se iba, porque tenía esa rutina ya que pasaba el micro Oeste que lo dejaba en el centro. Siempre era lo mismo, salía y tenía la parada a 30 metros. Una vez tuvo un inconveniente: acá a dos cuadras lo golpearon cuando quisieron robarle, pero no pasó a mayores”.

Pero el sábado sí. Según contaron dos testigos presenciales que caminaban por la zona, tres pibes que se desplazaban en bicicletas playeras de color oscuro  abordaron a enfermero en la garita, tratando de despojarlo de sus pertenencias. Aparentemente él se resistió y en el forcejeo uno de los ladrones le descerrajó un disparo con un revólver de bajo calibre. Esto se presume por la herida que sufrió la víctima en el pecho y porque en la escena no quedó ni una vaina servida. Según los testigos, el trío se separó, huyendo en distintas direcciones. 

“Se le notaba cerca de la tetilla una herida y un poco de sangre. Pedimos una ambulancia, estábamos todos muy asustados. Nos ayudaron los vecinos, sobre todo del almacén que habían cerrado hacía 10 o 15 minutos”, reveló Carlos, quien junto con otro hombre del barrio trasladó a su hijo al hospital San Martín.

“Estuvo todo el tiempo consciente, pero estábamos preocupados por su estado de salud, así que en ningún momento nos habló de quiénes le dispararon, de si los conocía, ni nada de eso. El entró consciente al hospital, pero después se descompensó totalmente y no pudo resistir”, aseguró Fonseca. Carlos murió a las 8 de la mañana. 

Uno de los menores complicó al único detenido

Con los datos aportados por testigos, los detectives de la DDI La Plata y el destacamento Aeropuerto lograron identificar a uno de los presuntos involucrados en el hecho. Se trata de un menor de 14 años al que ubicaron en ese barrio. Según fuentes oficiales, el pibe “admitió haber estado en la escena junto a su tío y desvinculó a otro menor, diciendo que el mayor les había dicho que siguieran mientras él cometía el asalto”. Al supuesto autor del disparo lo encontraron en la zona de 122 y 600. Le secuestraron una gorra y un buzo negro. En la casa del menor se incautaron de una bicicleta oscura. “Por ahora no vamos a movilizar, ni a hacer nada. Vamos a esperar a que la justicia actúe y después veremos cómo seguir”, concluyó Carlos Fonseca. El acusado quedó detenido y hoy será indagado por “robo y homicidio críminis causa (para ocultar el delito anterior), luego de que el fiscal Juan Cruz Condomí Alcorta postergó la audiencia prevista en principio para ayer.